Apenas unos cuantos clientes se asomaron ayer a Fiateira Motor para recorrer las filas de vehículos. "Hasta ahora el tráfico es mínimo, así que esto va muy lento", señala el gerente Jacobo Ramos. Su negocio aprovechó ayer para "retomar el contacto con los consumidores", pero es el taller el que acabó salvando la jornada. "Se nota un repunte en las citas. Los coches llevaban parados mucho tiempo, y requieren una puesta a punto".