Fernando Mosteiro compatibiliza el cargo de coordinador de Trasplantes del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) con su trabajo como intensivista en la UCI del centro de As Xubias, uno de los servicios hospitalarios que estuvo sometido a una mayor presión asistencial durante las semanas previas y el pico de la pandemia de Covid-19. Una situación que, asegura, afrontó con relativa tranquilidad. "En ese momento tampoco te paras a pensar demasiado sobre lo que está sucediendo. Estás centrado, únicamente, en tratar de sacar adelante a los pacientes. Ves que un día ingresan cuatro, otro tres, al siguiente dos más... no tienes mucho tiempo para asimilar lo que está pasando", asegura Mosteiro, quien reconoce, no obstante, que las últimas semanas fueron las más "duras" de toda su trayectoria. "Nadie en su sano juicio hubiese podido imaginar que iba a suceder algo así. Ni lo pensábamos, ni estábamos preparados para afrontarlo. Pudimos hacerlo de una manera relativamente buena gracias a que el Sergas y la dirección médica del área sanitaria actuaron con anticipación, y a que la población, durante el confinamiento, tuvo un comportamiento ejemplar", subraya.

"Afortunadamente —continúa—, en Galicia no nos vimos en una situación tan comprometida como en otras comunidades, como Madrid o Cataluña. Tuvimos suerte, porque el coronavirus SARS-CoV-2 circuló menos por aquí. Pero precisamente al haber circulado menos, ahora somos más susceptibles de contagiarnos en caso de que haya una segunda oleada, que seguramente la habrá. Tenemos que ser conscientes de esto, y actuar con mucha responsabilidad. ¿Que me permiten tomarme algo en una terraza, salir a dar un paseo o a hacer deporte, o ir a ver mis familiares a sus domicilios? Sí, pero con toda la prudencia del mundo. No sea que querer recuperar ese tiempo que hemos perdido nos salga muy caro a todos", advierte.