Donante y receptor son las dos piezas imprescindibles para que una vida que se va pueda ser el motor que haga continuar otra. Un engranaje perfecto de solidaridad que desde 1981, cuando se inició el programa de trasplantes en A Coruña, ha dado una nueva oportunidad a cerca de 6.250 personas, los trasplantados que, a día de hoy, suma el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). El centro de As Xubias escribió esta semana un nuevo capítulo en su historia trasplantadora, gracias al trabajo de más de 250 profesionales sanitarios y, sobre todo, a la solidaridad de cuatro familias de diferentes puntos de Galicia y Valencia. La generosidad de unos, y el esfuerzo de otros, hicieron posible que seis enfermos sin otra alternativa terapéutica recibiesen un nuevo órgano en el Chuac en apenas 24 horas. Un rayo de luz en el túnel de la pandemia.

"El éxito de esta actividad trasplantadora extraordinaria radica en que cuatro familias de otras tantas personas fallecidas hayan dicho a la donación. Ese acto generoso y solidario es el que ha permitido llevar a cabo estas seis intervenciones en un periodo de 24 horas", subraya el coordinador de Trasplantes del Chuac, Fernando Mosteiro, quien especifica que esas cuatro donaciones -registradas en el propio centro coruñés, en los hospitales de Lugo y Vigo y en La Fe de Valencia- hicieron posible la realización de tres injertos de riñón, dos hepáticos y un trasplante bipulmonar. "Es una cifra elevada de intervenciones en un corto periodo de tiempo. El poder hacer algo así no depende tanto de que tengamos disponibles quirófanos o personal, o de que haya muchos enfermos pendientes de recibir un órgano, que por desgracia, siempre los hay. Depende, exclusivamente, de que haya donantes", subraya.

El doctor Mosteiro detalla que, en lo que va de mayo, el complejo hospitalario coruñés realizó una docena de trasplantes de órganos, una cifra superior al total registrado en los dos meses anteriores juntos. "En marzo llevamos a cabo siete intervenciones, y en abril, solo cuatro", indica el coordinador de Trasplantes del Chuac, quien asegura, no obstante, que la cifra total de cirugías practicadas en los quirófanos de As Xubias en lo que va de año es similar a la registrada a estas alturas de 2019. Un hecho que este especialista atribuye a los buenos números registrados en enero y febrero. "Este año, pese a todo, hemos realizado ya 68 trasplantes", señala.

El responsable de Trasplantes del Chuac reconoce que, desde el inicio de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19, las donaciones de órganos disminuyeron considerablemente en toda España, "no porque hayan aumentado las negativas familiares a donar" o porque se "descartasen donantes" -apunta-, sino porque, a nivel nacional, "bajaron las muertes por patologías como el traumatismo craneoencefálico, hemorragias cerebrales, infartos de miocardio, ictus...". "No hay una explicación científica para todo esto, pero probablemente haya influido el confinamiento social. El número de donantes de órganos disminuyó exponencialmente a medida que aumentó la incidencia del Covid-19. Y la única razón que se me ocurre es esa. Durante el confinamiento, la gente apenas cogía el coche, con lo cual apenas hubo accidentes de tráfico. Y sin siniestros en la carretera, descienden los traumatismos craneoencefálicos", indica el especialista del complejo coruñés, y agrega: "Los compañeros de la Unidad Coronaria también comentan que la cifra de infartos cayó durante el confinamiento. Es probable que el estrés diario empeore en una situación normal. Es la única explicación que se me ocurre. No puedo justificar de otra manera que haya disminuido tanto el número de donantes".

El doctor Mosteiro admite que, en las comunidades más afectadas por la pandemia, como Madrid, Cataluña o el País Vasco hubo hospitales colapsados, pero en el Chuac nunca se llegó a esa situación, por lo que, "logísticamente", se podrían haber asumido las donaciones y llevado a cabo los trasplantes, pero "es que no las había", reitera. "Los órganos del único donante que registramos a principios de marzo se quedaron aquí, y realizamos alguna cirugía con órganos de donantes de fuera de Galicia", especifica.

"Máximas" garantías

La pandemia de coronavirus, eso sí, obligó a los hospitales españoles a revisar la idoneidad de los eventuales donantes de órganos. "Hay unos protocolos, establecidos por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), y somos muy estrictos en eso. La garantía de los órganos que se implantan tiene que ser máxima", recalca el doctor Mosteiro. "Por eso, al inicio de esta pandemia, e incluso antes de que se decretasen en España el estado de alarma y las medidas de confinamiento de la población, ya se planteó desde la ONT y las coordinaciones autonómicas de trasplantes realizar el test del Covid-19 a todo posible donante. Todos los pacientes que den positivo, se descartan, lógicamente. Pero también los casos dudosos, aunque la prueba sea negativa", explica el coordinador de Trasplantes del Chuac, y vuelve a recalcar: "Si hay dudas, porque el posible donante en muerte encefálica estaba con tos y con fiebre los días previos, incluso con dos test negativos, se descartaría para garantizar la máxima excelencia y que no haya ninguna posibilidad de transmisión".

En este punto, Fernando Mosteiro insiste en lanzar un mensaje de tranquilidad a los enfermos que se encuentran en lista de espera para recibir un órgano. "Las intervenciones se realizan con todas las garantías del mundo. Los pacientes que estén pendientes de recibir un órgano pueden estar totalmente tranquilos. Si un día los llamamos porque tienen que venir al hospital para ser trasplantados, pueden hacerlo con absoluta seguridad. Nunca ha habido ningún problema, y tampoco lo va a haber", concluye.