Antes del confinamiento nuestros hijos tenían una agenda apretadísima: colegio, merienda, extraescolares, deberes, ducha, cena...

Pero, ¿y ahora? Ahora que no tienen el día totalmente planificado por los adultos, que tienen mucho más tiempo libre, ¿saben emplearlo o, en cambio, se aburren, merodean en torno a un adulto buscando alguna distracción o se sientan frente al televisor consumiendo todas sus horas de ocio?

"Sin duda, el hábito de estudio es valiosísimo. Pero, tan importante como adquirir el hábito de estudio es aprender a utilizar el tiempo libre. Un tiempo que ocupa una grandísima parte de nuestra vida y que nos puede enriquecer o envilecer como seres humanos", nos dice la pedagoga Maite Vallet.

Madres y padres ponemos mucho esfuerzo en conseguir que nuestros hijos estudien, que hagan los deberes sin que tengamos que estar nosotros encima de ellos. Pero, ¿cuánto tiempo dedicamos a enseñar a nuestros hijos a emplear su tiempo de ocio?

"No saber emplear el tiempo libre crea ataduras, dependencias, sometimientos. Acabamos haciendo actividades que no hemos elegido o que eligen otros por nosotros", nos dice Maite.

Claves para enseñar a nuestros hijos a disfrutar de su tiempo libre

Como muchas otras cosas, a disfrutar del tiempo de ocio se aprende. Nuestra labor como madres y padres es enseñar a nuestros hijos a hacerlo. Os damos algunas claves:

- Enseñarles a organizar su horario personal. De esta forma, planificarán con antelación sus actividades y no irán sobre la marcha, evitando haber acabado el día sin haber hecho todo aquello que querían hacer, incluídas sus actividades de ocio.

- Observarles. Las madres y padres, mediante la observación, podemos identificar no solo que se les da bien hacer a nuestros hijos sino también con qué actividades disfrutan más. Una vez identificas, se trata de incentivarles a dedicar un ratito cada día a realizar estas actividades. De esta forma, introduciéndolas en sus tareas diarias, las estaremos dando importancia.

- Ser ejemplo. Si nuestros hijos nos ven disfrutar de nuestros hobbies y darles espacio dentro de nuestro calendario, ya tendremos mucho ganado. Recordemos que educa más lo que hacemos que lo que decimos.

- No castigarles sin ocio. Es un error muy grande castigar a nuestros hijos sin practicar su deporte favorito o sin ir a sus clases de pintura. ¿Qué queremos conseguir, que se queden en casa consumiendo televisión?

- Ofrecerles alternativas. ¿Tu hijo aún no ha encontrado "su hobbie"? Esto no significa que no exista, sino que ha aún no lo ha descubierto. Nuestro papel como padres es ofrecerles la posibilidad de probar diferentes actividades e incentivarles a hacerlo.