En lo que sí han coincidido Gobierno y autonomías es en preparar un documento de orientaciones para el desarrollo del próximo curso por un grupo de trabajo donde estarán representadas las dos administraciones --Galicia confirmó que participará-- y que deberá tener en cuenta tres escenarios, en función de la presencia o no de la pandemia: desde que pueda volverse al aula de modo presencial sin la obligación de mantener distancias, al más extremo, recurrir de nuevo al confinamiento por un rebrote, pasando por que la evolución de la pandemia implique guardar la distancia interpersonal. Esos grupos abordarán temas como la organización, la programación, la dotación tecnológica y el seguimiento y apoyo de la actividad lectiva a distancia.

Al margen del escenario que depare el futuro, en todos los supuestos, sostiene el Ministerio de Educación, "será necesario adaptar los currículos y las programaciones de los cursos, áreas y materias para prestar especial atención a las competencias fundamentales y para recuperar los déficits ocasionados por la importante alteración que provocó la brusca suspensión de la actividad educativa presencial en marzo de 2020".

Asimismo, Gobierno y autonomías dan por hecho que habrá que tener el plan B de la educación a distancia y eso incluye el disponer de planes para evaluar en esa modalidad si fuese preciso. "En todo caso, se deberán programar contenidos y actividades educativas adecuadas para la enseñanza a distancia y online y hacer previsiones para la eventual evaluación a distancia de partes del curso", sostiene el departamento dirigido por Isabel Celaá en su resumen del encuentro de la Sectorial. Y añade que para ello "se aprovecharán las buenas prácticas desarrolladas durante los meses de actividad lectiva en el presente curso escolar".

Las orientaciones del grupo de trabajo servirán para ayudar a las comunidades y a los centros educativos "a diseñar sus propios planes de contingencia que permitan garantizar el desarrollo de la actividad educativa" el próximo año, "respetando las competencias" tanto de las autonomías como de los colegios.

Otra de las cuestiones en las que se incidirá independientemente de qué escenario se dé es la dotación de equipamiento tecnológico a los centros y el desarrollo, apunta el Ministerio, de una formación "intensiva" del profesorado para la utilización de los recursos en la red, además de preparar también al propio alumnado. En lo relativo a la educación a distancia también se diseñarán planes de seguimiento y apoyo para los estudiantes con "dificultades" para seguir esta modalidad lectiva. Además, Educación y Asuntos Económicos cooperarán para "incrementar los recursos para avanzar en la digitalización".