Todas las crisis tienen ganadores y perdedores, según afirma el doctor en Sociología y Economía Política Mauro F. Guillén, catedrático de la Universidad de Pennsylvania. En la actual crisis del coronavirus hay "grandes ganadores" en el comercio digital, potenciado por el confinamiento. El Nasdaq, el índice bursátil que recoge a las grandes compañías tecnológicas, ha subido y con él han crecido, aunque a diferentes ritmos y con problemas como la disminución de la publicidad, empresas como Amazon, Alibaba, Google, Spotify, Netflix o Match Group (propietaria de Tinder, cuya duración media de conversaciones ha aumentado un 30%). Pero otros "ganadores importantes" serán unos actores menos obvios: los pequeños agricultores. "Las cadenas de suministro se van a acordar" después de la experiencia de que muchas quedasen destruidas por la crisis, señala Guillén, por lo que "va a haber un énfasis en la pequeña explotación y no en la grande", lo que "es bueno para Galicia".

En una charla digital ofrecida ayer por la tarde a través de la plataforma Afundación en casa, de la obra social de Abanca, y organizada por la escuela de negocios Ieside, Guillén señaló como gran perdedor de la crisis al sector turístico. "Se va a resentir mucho y habrá que ser muy imaginativos a la hora de reabrirlo" afirmó, y recordó que la crisis del Covid llegó a España antes de la campaña de verano. El impacto "va a ser malo", pronosticó, y habrá que intentar "que no sea devastador".

Guillén, que ha recibido múltiples premios a la investigación, no cree que el comercio local quede destruido porque los clientes adquieran experiencia con los canales digitales. Considerará que recuperará los niveles anteriores a la crisis, si no en unos meses, sí en uno o dos años, sobre todo en aquellas zonas en las que se haga "vida de barrio". Aunque algunos clientes usen internet para comparar calidades y precios, o incluso compren digitalmente, ve posible que quieran recoger el producto en un negocio de proximidad.

Sobre el peso pesado de la economía gallega, Inditex, considera que "seguramente consiga capear el temporal" y posicionarse para aprovechar la recuperación , debido a su tamaño y a que está "muy diversificada", tanto geográficamente como en líneas de negocio. Además, la demanda en la confección "se acumula", es decir, los clientes que no pudieron comprar ropa en tiendas durante dos meses aprovecharán el fin del confinamiento para hacerlo. Este fenómeno, señala Guillén, ya se puede apreciar en China.

El gigante asiático fue uno de los temas que analizó el catedrático, que señaló que, a través de indicadores como la confianza del consumidor y la Fabricación del Índice de Compras, parece que está habiendo una "recuperación". Criticó la guerra económica con Estados Unidos, que considera fruto de la administración Trump y que debería dejarse a un lado aunque fuese temporalmente, pues lo que convirtió la crisis de los años 30 en depresión fue el "proteccionismo comercial".

Otros mercados emergentes, como América del Sur, África y Oriente Próximo, sufrirán más. Ante las previsiones tan dispares sobre la evolución del PIB, no señaló una cifra para España o para la Unión Europea. Cree que los gobiernos han reaccionado con rapidez y permitido mantener el poder adquisitivo, si bien plantea si se precisa un mayor estímulo.

Entre las lecciones de la crisis, Guillén situó que las empresas diversificadas han tenido mejores resultados, y también los que no han visto, como algunos de los digitales, su cadena de valor interrumpida. También cree que habrá una "gran oleada" de reestructuraciones y fusiones en sectores esenciales, y que tendrán un papel muy importante los fondos de capital privado, aunque puedan cometer algunos "abusos". Otro peligro de la crisis será el incentivo a automatizar, lo que le preocupa por su "impacto social" al disminuir los puestos de trabajo disponibles.

Además de potenciar el trabajo remoto, la experiencia supondrá un "cambio fundamental" en las cadenas de suministro, que pasarán a ser "más cortas y diversificadas", e incentivará que las empresas aumenten el inventario y desarrollen "redundancias y colchones". Las compañías, afirma el catedrático, tienen que tratar de anticiparse a la evolución de la demanda de sus productos, mantener las relaciones con los clientes y cuidar su imagen de responsabilidad social para asegurarse salir de la crisis.