El primer ministro de Portugal, António Costa, anunció que las playas reabrirán al público el próximo 6 de junio, aunque lo harán con protocolos específicos para evitar aglomeraciones y garantizar el distanciamiento entre los usuarios.

Costa desveló ayer algunas de las medidas que se adoptarán en las próximas semanas, en el marco del levantamiento progresivo de las restricciones que comenzaron a aplicarse en marzo para contener la expansión del coronavirus.

Portugal finalmente sí tendrá temporada de baño en sus playas, pero será distinta a la de otros años, ya que los grupos deberán guardar una distancia mínima de 1,5 metros y deberá haber al menos tres metros entre sombrillas o toldos. Se prohibirán, además, las actividades deportivas en la arena con más de dos personas, así como los botes a pedales o los toboganes en el agua.

Costa ha explicado que se establecerá un sistema de colores para que lo usuarios puedan ver -en principio mediante una aplicación- si la playa a la que desean acudir está en rojo, amarillo o verde, en función de su ocupación.

Las autoridades barajan hacer barridos con los teléfonos móviles, cuántas personas están en las inmediaciones de los arenales.