El Gobierno regulará en los próximos días el uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos, una solicitud planteada por las autonomías y cuya implantación estudia el Ministerio de Sanidad, que no avanzó detalles de la extensión de esta medida que hasta ahora se limitaba al transporte público.

Esta intención fue anunciada ayer en una rueda de prensa por la ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero. "El Gobierno escucha y en la reunión de hoy [por ayer] con las comunidades autónomas, de forma unánime, se ha planteado la conveniencia del uso obligatorio de las mascarillas en lugares públicos", una medida, agregó Montero, que Sanidad "ya estaba estudiando y que regulará en los próximos días".

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, también reconoció la unanimidad en la petición de hacer obligatorio el uso de mascarillas en espacios públicos. "Habrá un reforzamiento", dijo, sin avanzar detalles.

Hasta el momento, para el Gobierno el uso de mascarillas es "muy recomendable" en aquellos lugares donde no se pueda respetar la distancia mínima de seguridad entre personas, de dos metros. Es probable que la obligatoriedad llegue a comercios y recintos públicos cerrados, pero queda la duda de si se hará extensiva también a las calles y a lugares de trabajo.

A lo largo de esta pandemia la postura del Gobierno respecto al uso de mascarillas ha sido cambiante. En un principio las autoridades no aconsejaban llevarlas a personas sin síntomas de Covid-19 y la tachaban de "innecesaria", incluso "contraproducente" en algunos casos. Después se recomendaron, cuando el Centro Europeo de Control de Enfermedades cambió sus criterios respecto a la capacidad de las mascarillas para evitar la propagación del coronavirus.

La semana pasada, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, evitaba pronunciarse a favor o en contra de la obligatoriedad de la prenda. "Ahora hay una muy alta recomendación para cualquiera que salga a la calle. La obligatoriedad [es] sobreactuar un poco, puede estar bien, pero tenemos que incidir quizás más en otros aspectos. La mejor mascarilla son dos metros de distancia".

Simón advirtió de que el uso de la mascarilla puede acarrear dificultades a determinadas personas: "No todo el mundo la puede llevar de forma prolongada. A lo mejor no hay problemas si lo hacen unos minutos en el metro o el autobús, pero más tiempo puede generar problemas a quienes sufren ansiedad, EPOC o cualquier restricción respiratoria importante, también a los niños más pequeños".

Las mascarillas que se recomiendan son las higiénicas o las quirúrgicas, que más que proteger contra el coronavirus, evitan que una persona contagie a los demás.

"Cuestión sin resolver"

El presidente de la Xunta habló ayer de las mascarillas. Feijóo reclama al Gobierno "un protocolo" en relación a su uso". "En Galicia hay consenso en relación a este asunto", manifestó. "Sería bueno concretar esto en un protocolo. Esta cuestión está sin resolver", añadió el presidente autonómico.