El uso de mascarillas en todos los espacios públicos que empieza a plantearse en España cuenta con el respaldo generalizado de las asociaciones y colectivos médicos. De resultar innecesarias en personas sanas, como mantuvieron al principio de la pandemia las autoridades sanitarias del país e incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS), a resultar una barrera importante contra el coronavirus. ¿Qué ha cambiado? Pues básicamente el descubrimiento de la existencia de numerosos portadores asintomáticos del virus que pueden contagiarlo sin enterarse y el incumplimiento de las medidas de alejamiento.

El lavado higiénico de manos, con agua y jabón durante un minuto, el hidrogel y mantener la distancia de seguridad, son la mejor defensa contra el Covid-19 pero se ha visto que con la desescalada no siempre se cumplen, de ahí la importancia de usar mascarillas higiénicas o pantallas protectoras y dejar de usar los guantes.

El uso generalizado de mascarillas puede reducir las posibilidades de contagio un 95%, a tenor de los últimos estudios que maneja Tato Vázquez, presidente de la Sociedad de Urgencias y Emergencias (Semes). "Si todos portásemos mascarilla la posibilidad de contagio se reduce hasta el 5%. Así, si un paciente infectado lleva mascarilla la posibilidad de contagio frente a otra persona se reduce casi un 70%. Si ambos la llevan baja ya hasta un 95%. La mascarilla es tremendamente efectiva y funciona extraordinariamente bien en el que está infectado y evitan que tu contagies", expone.

Los expertos advierten de que no todas las mascarillas son iguales y las que se aconsejan a la población son las higiénicas. Vázquez sostiene que "su utilización en espacios públicos cerrados es indispensable", y en su opinión, también en sitios abiertos. "Si respetásemos los dos metros de distancia no sería estrictamente necesaria la mascarilla, salvo que mantener esa distancia fuese imposible, pero eso no es real. Todos vemos lo que ocurre en la calles y en las terrazas. Tampoco sabemos si la persona que va delante de nosotros en la calle está o no contagiado, y a lo mejor ni él lo sabe. Por eso tenemos que usar todos mascarillas", insiste.

La Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria, Agamfec, también respalda también el uso generalizado de mascarillas entre la población. "Es aconsejable que todo el mundo la lleve en sitios donde hay aglomeraciones, locales cerrados e incluso en zonas públicas con densidad de población. Parece sensato que en calles transitadas por mucha gente haya que utilizarlas si no se mantienen los dos metros de distancia. El objetivo es protegernos en zonas de densidad de población", indica Jesús Sueiro, portavoz de la asociación, quien aboga por aplicar el "sentido común".

En cuanto a posibles excepciones de la medida, señala a las personas con problemas respiratorios. "Curiosamente a la persona que tiene fatiga respiratoria la mascarilla le puede aumentar la sensación de disnea, pero por otro lado son gente con tendencia a toser y a infectarse. Serían una excepción pero también un problema. Lo más aconsejable para ellos sería evitar dentro de lo posible las zonas cerradas y de concentración de gente.

Sanitarios gallegos también apoyan la obligatoriedad del uso de mascarilla en espacios públicos abiertos, incluidos los niños. Colegios médicos de la comunidad ya desde principios de marzo solicitaron al Gobierno que fuera obligatorio el uso de mascarilla. "Tenemos que evitar por todos los medios que la persona portadora del virus contagie a otras. Y eso lo garantiza la mascarilla higiénica normal, pero no la FPP2 de válvula ya que por ella sale a presión el aire que respira la persona que la lleva, con lo cual sería un auténtico sulfatador. Es más peligrosa para el resto de la población esa mascarilla que no llevar nada", apunta un responsable médico gallego. Inciden además en que lo más importante es guardar la distancia de seguridad, que sube a cuatro o 6 metros en el caso de quienes salen a correr: "Si estoy a cuatro o cinco metros de otra persona puedo estar sin mascarilla, pero si voy caminando por la calle y voy corriendo sin mascarilla estoy mandando aerosoles al ambiente. Si tú te cruzas conmigo esos aerosoles pueden salpicar y contagiar"; detallas.

Responsables médicos consideran "inapropiado" hacer deporte o correr con mascarilla, pues la persona se ahoga, por eso aconseja hacer deporte en espacios muy abiertos y muy distanciados unos de otros, salvo familiares que conviven en el mismo domicilio. Otra fórmula para intentar frenar la sensación de ahogo son las pantallas transparentes, pues la saliva queda impactada en la parte interior del plástico protector, donde se quedaría la expulsión masiva de aerosoles.

Los médicos aconsejan que también los niños lleven mascarilla en sus salidas. "No estamos hablando de evitar que los niños se contagien, sino de evitar que los niños portadores contagien al resto", detalla un doctor. A los sanitarios les preocupa la desescalada porque, indican, "los jóvenes no se han concienciado de la situación en que estamos". "Vemos a diario que se reúnen y están a menos de 30 centímetros de distancia, lo que puede producir un auténtico desastre, porque en Galicia tenemos un altísimo porcentaje de personas con más de 65 años. Yo le tengo mucho miedo", concluye.