El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tuvo que reconocer ayer, en su discurso de apertura de la 73ª Asamblea Mundial de la Salud, marcada por la crisis del coronavirus, que "a pesar de todo el poder económico, militar y tecnológico de las naciones, este pequeño microbio nos ha humillado".

Tras conocerse en los primeros días de enero el brote en Wuhan (China), en las semanas siguientes los países reaccionaron de forma muy diversa a esa información: algunos aplicaron rápidamente las directivas de la OMS y otros incluso se adelantaron a ellas, pero una parte minimizó los riesgos y solo tomaron medidas cuando la gravedad de la situación ya era obvia.

Una resolución que la UE presentó a esta asamblea mundial plantea una revisión completa e imparcial de las decisiones tomadas por la cúpula de la OMS. Ghebreyesus anunció que iniciará "lo antes posible" una evaluación independiente para revisar la experiencia adquirida y las lecciones aprendidas, y hacer recomendaciones que mejoren la preparación y respuesta ante una pandemia.

Durante su discurso de apertura ante jefes de Estado, de Gobierno y ministros, representantes de 194 países, Ghebreyesus dijo para disipar las dudas que envuelven a la organización sobre la falta de información en el inicio de la crisis que la "OMS está comprometida con la transparencia, la rendición de cuentas y la mejora continua".

Una primera evaluación independiente revelada ayer mismo aprueba su actuación y señala que los países no pueden pretender transferirle sus propias responsabilidades. "La respuesta de la Secretaría de la OMS al Covid-19 fue más rápida que frente a las epidemias del SARS y del MERS, pero esto no provocó una acción rápida por parte de todos los Estados miembros", concluye en su primer informe el Comité Independiente de Supervisión de la organización, formado por personalidades destacadas en el mundo de la ciencia.

EEUU ha liderado los ataques contra la OMS, a la que ha acusado de gestionar mal la pandemia y de supuestamente encubrir a China.

El presidente chino, Xi Jinping, anunció por videoconferencia en la misma asamblea que su país ofrecerá en dos años asistencia por valor de 2.000 millones de dólares para apoyar a los países afectados, en particular a las naciones más pobres. También subrayó que las vacunas que China consiga desarrollar "estarán disponibles como bien público global".

En un emotivo discurso, el director general de la OMS lamentó que "hace seis meses, habría sido inconcebible que las ciudades más grandes del mundo se quedaran extrañamente silenciosas; que las tiendas, restaurantes, escuelas y lugares de trabajo estarían cerrados; que simplemente darse la mano podría poner en peligro la vida". "Este es un enemigo peligroso, con una combinación peligrosa de características: este virus es eficiente, rápido y fatal. Se mueve como un incendio forestal. Hemos visto el mismo patrón en ciudades y países de todo el mundo", señaló Tedros.

"La pandemia ilustra por qué invertir en salud debe estar en el centro del desarrollo", repitió el director de la OMS en uno de los salones de su sede en Ginebra, donde se celebra la asamblea por vía telemática, hasta el 28 de mayo.