Entre las muchas consecuencias que sobre la población ha tenido la pandemia hay una a la que tener muy en cuenta como eventual freno a la revitalización del sector turístico. El conselleiro de Cultura la llamó "crisis emocional" mientras que el presidente de Hotusa la denominó "efecto pánico". Pero es lo mismo, el temor de la gente a salir de casa, a moverse fuera de su espacio de confort, por el miedo a contagiarse de una enfermedad de la que se conoce muy poco y que ha provocado casi 28.000 muertos solo en España.

"La crisis económica es evidente, tanto por parte de la oferta como de la demanda en el sector turístico, con productos que ya no tendrán salida cuando antes sí la tenían. Pero hay una tercera crisis, emocional, provocada por el miedo, que es la decisión individual de una persona a salir, a cenar fuera, a alojarse. Y es difícil de predecir cuál será su alcance", hilvanó Román Rodríguez.

Una idea que comparte el empresario hotelero. "No me atrevería a cuestionar las medidas de confinamiento porque no me corresponde a mí, pero sí es cierto que el confinamiento ha provocado también un efecto de pánico a un porcentaje alto de personas a las que les va a resultar difícil volver a la normalidad", terció Amancio López. A esta recuperación de la normalidad tampoco parece contribuir mucho que mientras por una parte se avance en la desescalada, ya se anuncie un rebrote en otoño. "Es verdad que sin salud no hay economía, pero sin economía no hay estado de bienestar. Por tanto, tendremos que buscar un equilibrio y apelar a la responsabilidad de las personas para que cumplan las normas y así volver a cierta normalidad", añadió el presidente de Hotusa.

En todo caso, no es partidario de alargar sin límites el confinamiento. "Esto no se puede alargar indefinidamente. ¿Cuánto tiempo tardaremos en salir de esto? Tenemos que hacer pedagogía para ir hacia una cierta normalidad porque habrá gente, a buen seguro, aterrorizada", puntualizó el empresario hotelero.

Que la gente tenga miedo a los desplazamientos es por tanto un factor de referencia a la hora de calibrar la recuperación del sector. El otro, el más importante, es la capacidad económica de las familias y lo resentido que hayan quedado sus ingresos por la pandemia.

Sin quitar ninguna importancia a este aspecto, el conselleiro quiso valorar la actividad turística como un avance social. "Es un elemento fundamental del estado de bienestar. Es una conquista social porque si miramos atrás, hace décadas muy poca gente hacía turismo. Ahora es una democratización de esta actividad, un avance social y un grandísimo valor que debemos proteger", dijo Román Rodríguez.