Tras dos meses confinados para tratar de contener la crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, hay ganas de calle y mucha hambre de sol. Dermatólogos y farmacéuticos gallegos hacen un llamamiento, no obstante, a la cautela y recomiendan extremar las medidas de fotoprotección para evitar quemaduras solares después de este largo periodo de reclusión a la sombra. "No ha habido una fotoadaptación previa, por eso es muy importante hacer exposiciones solares lentamente y de manera progresiva, y tener siempre presentes las medidas básicas de fotoprotección", señala la dermatóloga Ángeles Flórez, especialista gallega de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), quien destaca la importancia de exponerse al sol de manera saludable y con sentido común, "evitando siempre las horas centrales del día". "Las quemaduras se pueden producir con menos de media hora de exposición directa a la luz solar", advierte.

En la misma línea se manifiesta la vocal de Dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña (COFC), Blanca González. "Si siempre insistimos mucho en la fotoprotección durante todo el año, ahora que hemos estado confinados, aún con más razón. Cuando nos va dando poco a poco el sol, nuestra piel genera melanina, que es lo que hace que nos vayamos poniendo morenos. Tras estos meses de reclusión, está como más virgen. De ahí que sea fundamental ponerse todos los días una crema de fotoprotección alta -y en la cantidad adecuada- antes de salir de casa, y evitar exponerse al sol en las horas centrales del día, así como utilizar gorra y gafas para proteger también los ojos de los efectos del sol", subraya.

La doctora Flórez explica que la síntesis de vitamina D se puede obtener mediante la ingesta de alimentos que contengan este nutriente, "principalmente pescados grasos", aunque aclara que "la fuente principal es la activación de la vía a nivel cutáneo". "Lo cual ocurre en las horas centrales del día -habitualmente desde las doce del mediodía hasta las cuatro de la tarde-, y depende, fundamentalmente, de la radiación ultravioleta B. Y esa franja horaria es, precisamente, la más peligrosa para que se produzcan quemaduras solares, por eso hay que buscar un equilibrio. En general, y aunque esto depende de muchos factores, se puede decir que una exposición diaria en cara, brazos y piernas de entre quince y veinte minutos es suficiente para sintetizar la vitamina D. Y hay que tener en cuenta que esto no es acumulativo. En el momento en que la piel se pone roja, la síntesis de vitamina D activa se frena. Hay que tenerlo muy presente", subraya la especialista, y reitera: "Por supuesto que se recomienda pasar tiempo en el exterior, pero teniendo claro que no es una cuestión de estar muchas horas expuestos a la luz del sol, y que en el momento en el que se produce una quemadura, la síntesis de vitamina D deja de ser eficaz".

Factor de fotoprotección

Esta dermatóloga asegura que una crema corporal con SFP 30, y con un filtro que proteja frente a las radiaciones UVB y UVA, ya se considera "una fotoprotección de alto espectro" y que, "bien utilizada, va a ser suficiente en la mayor parte de los casos". "En la vida real, no hay una diferencia significativa entre un factor de 50 y uno de 90", sostiene la doctora Flórez, quien además incide en que, en las poblaciones sanas, "la fotoprotección diaria con fines recreativos no ha demostrado comprometer la síntesis de vitamina D en la piel". "La pantalla nunca es total", destaca la especialista.

En términos similares se manifiesta la farmacéutica Blanca González. "Diferentes estudios han demostrado que, por mucho que lo intentemos, nunca nos pondremos suficiente protector solar como para bloquear la síntesis de vitamina D, así que podemos estar tranquilos, que ese efecto se haría igual", apunta la vocal de Dermofarmacia del COFC, quien reconoce que últimamente están viendo "bastantes casos de pacientes con déficit de vitamina D", aunque afirma que esta situación también se está dando en otros puntos de España "donde hace mucho más sol". "Se está investigando si esta circunstancia puede estar vinculada con la absorción de este nutriente a través de la alimentación. De todas formas, hay que destacar que pese a que el tema de la vitamina D nos preocupa mucho, utilizar una crema con fotoprotección alta nunca va a actuar como una pantalla total que impida la síntesis de ese nutriente", señala.

Blanca González coincide con Ángeles Flórez en recomendar iniciar las exposiciones al sol con un factor mínimo de fotoprotección SFP 30. "Tras los dos meses de confinamiento, la piel no habrá sintetizado nada de melanina, y estará en un nivel más bajo. De todos modos, nosotros siempre recomendamos empezar por un SFP 30, con filtro frente a los rayos UVB y UVA. Tenemos que pensar en la fotoprotección no solo como un seguro para evitar las quemaduras solares, sino también muchas enfermedades a largo plazo", recalca la farmacéutica.