"No queremos regresar a la normalidad anterior, sí a un espacio mejor. La conclusión que sacamos de esta crisis es que los países y Europa deben ser más autónomos. Es una de las oportunidades que nos brinda el coronavirus". Es el mensaje que pregonó ayer el delegado de la Zona Franca de Vigo, David Regades, para comunicar su intención de priorizar la "autosuficiencia" de la industria, ya sea "sanitaria o automovilística". "Para conseguirla, debemos captar proveedores del exterior con todos los mecanismos que tenemos: dando suelo, facilidades y participando en el capital de las empresas si resultase necesario -recomendó Regades-. El gobierno francés, el alemán o el americano están interviniendo directamente en algunas firmas, desde Air France hasta Media Markt o Boeing, dándoles liquidez y apoyo. En la Zona Franca, tenemos la sociedad de capital riesgo, en la que hemos inyectado más de 6 millones para aliviar la tesorería de las compañías. Ese es el objetivo: dar impulso".

El representante de la entidad señaló que, consecuentemente, el objetivo es fabricar un coche 100% gallego: que todos sus componentes se hayan construido en territorio local. "Antes de que llegara la pandemia a España, ya se estaban sufriendo problemas de suministro en las empresas del sector del automóvil por la paralización de las fábricas en China, por lo que se ralentizaba la producción. En la búsqueda de la autosuficiencia, las Zonas Francas van a tener un papel capital", prometió Regades antes de dejar claro que esto no significa dar carpetazo a las relaciones con otros mercados. "Llegar al 100% será bastante difícil, pero alcanzar el 85 o el 90 sería un éxito", aclaró.

"La industria tiene que ser flexible, ya que los vehículos cada vez son más personalizados y se construyen personalmente. La inmediatez de los componentes le da esa efectividad. Contamos con la colaboración del Gobierno de España para apostar por traer la fábrica de baterías a la ciudad, que es la mejor opción por el puerto y por la cercanía de los aeropuertos. Además, tenemos la materia prima al lado, en Portugal, donde existen canteras de sílice que pueden ser componentes de esas baterías", añadió el delegado estatal.

Regades, que también centró una parte de su intervención en destacar la relevancia de otras industrias en el área de influencia de la zona franca, como la pesca y la naval, recordó que, esta misma semana, la entidad le ofrecía al Clúster Saúde de Galicia estímulo financiero: ser socia de las empresas que lo precisen para ayudar en el desarrollo de las iniciativas. "Hay que apostar por las start-ups. Valoramos crear un gran ágora de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Están cogiendo cada vez más fuerza y son el complemento ideal de la industria 4.0", aseguró.

La nueva normalidad impuesta por el coronavirus traerá bajo el brazo deberes en materia económica. La crisis generada por la irrupción del patógeno, que ha derivado en el cierre de multitud de negocios y aplicación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), hará necesaria una intensa participación de los agentes políticos y sociales para coadyuvar a cicatrizar las profundas heridas. Y las Zonas Francas de Vigo y Barcelona -en sus polígonos y propiedades, trabajan más de 50.000 personas en total- serán alumnas aventajadas: pretenden eregirse en las "locomotoras" públicas de una etapa repleta de incertezas, pero con hueco para pescar las oportunidades.

Así lo confirmaron ayer los dos máximos responsables de ambos Consorcios -los dos más importantes del país-, David Regades y Pere Navarro, respectivamente, en la segunda sesión del foro virtual Diálogos para la Reconstrucción, que organizan LA OPINIÓN A CORUÑA y Faro de Vigo, pertenecientes al grupo Prensa Ibérica, a modo de laboratorio de ideas para acompañar a los lectores y a las empresas en la desescalada del estado de alarma. El encuentro, bajo el título Las Zonas Francas, un refuerzo para reactivar la economía, estuvo moderado por el periodista José Carneiro y se pudo presenciar en la página web de este diario de manera gratuita.

Los invitados coincidieron en poner en valor el papel que cobrarán sus instituciones en la recuperación económica y desvelaron una apuesta clara por la inyección de capital en las empresas para servir de dinamizadoras y, así, aclarar el panorama de incertidumbre que amenaza a todos los sectores. También dedicaron sus intervenciones a poner de relieve la importancia de retener y potenciar el talento en un paradigma que estará capitaneado por la industria 4.0, recuperar las zonas industriales y estudiar la ampliación de las áreas tax-free frente al Brexit y la guerra económica que mantienen China y Estados Unidos. Tanto Regades como Navarro aprovecharon la ocasión para subrayar que las Zonas Francas redactan en su hoja de objetivos tender puentes con los ciudadanos acercándose a los núcleos urbanos.

Un plan de choque inicial

¿Tienen las Zonas Francas los mecanismos para multiplicar sus ayudas a las empresas en un momento tan complicado? David Regades y Pere Navarro fueron tajantes en sus respuestas: sí. "Tenemos que hacer un plan de choque inicial generador de empleo a través de la obra pública: estamos dando un acelerón en la ciudad muy importante. Estamos convencidos de que la Zona Franca ofrece seguridad ante la incertidumbre que genera el Covid-19, por eso hemos comprado dos edificios en estos dos meses: el antiguo Rectorado y un inmueble del casco histórico para hacer la sede de la asociación Down Vigo. Además, estamos con oferta pública de nuevos inmuebles y hemos querido sacar a licitación las obras de la reforma del polígono de Balaídos por más de 2 millones de euros, así como impulsar 14 nuevas naves industriales en Porto do Molle (Nigrán). Y mañana [por hoy], me reuniré con el alcalde de Vigo, Abel Caballero, para analizar el impulso de más suelo industrial", resumió el responsable de la entidad.

Misma postura transmitió su homólogo en la ciudad condal, quien reconoció que la institución que encabeza tiene "libertad" para invertir. "Y lo vamos a hacer. Seremos la locomotora de la nueva economía. Ya estamos ayudando a las empresas del polígono industrial a tener tesorería. No sabemos qué va a pasar en los próximos meses, el virus está presente, pero se trata de comunicar buenas noticias, y las Zonas Francas estamos en disposición de darlas: desde el punto de vista de la inversión, pero también con eventos. Hace un par de días, presentamos la Barcelona New Economy Week (BNEW), una semana del 6 al 9 de octubre con 350 ponentes en la que se crearán redes de negocio", anotó.

Agilizar procesos internos

El coronavirus ha logrado acelerar los procesos que se desarrollaban paulatinamente en un escenario todavía reacio a la innovación. Este es uno de los motivos que justifican una demanda que ayer lanzaron tanto Regades como Navarro: acelerar los pasos burocráticos. "Hablamos de modificar los estatutos para agilizar lo que pasa dentro de las Zonas Francas, en todas las empresas que están establecidas en los espacios libres de impuestos, para que los trámites sean mucho más rápidos. En medio de la pandemia, hemos tenido que habilitar dos nuevas naves, transformar un espacio que era una sala de exposiciones en uno industrial porque no éramos capaces de satisfacer la demanda de almacenaje del sector del automóvil en Vigo. Esa es la dirección que tenemos que tomar para facilitar la internacionalización de las empresas y captar inversión extranjera", expuso el primero, que se vio apoyado minutos después por el delegado barcelonés: "Tenemos que agilizar los procesos de las Zonas Francas porque surge algo nuevo: un mundo de innovación muy puntera; hay que acoger a las start-ups y a las empresas que están naciendo: en este momento de crisis, están elaborando proyectos absolutamente innovadores. Las Zonas Francas somos el frontispicio, el ejemplo de la relación entre lo público y lo privado, y debemos ayudarnos mutuamente, ya que esa es la manera de generar riqueza. Para ello, hay que tener en cuenta la adaptación a esta nueva situación y conseguir agilidad. Nosotros ya estamos ayudando a los emprendedores".

Ampliar áreas 'tax-free'

¿Es necesario ampliar las áreas libres de impuestos? Fue una de las cuestiones que ayer abordaron los representantes de las dos Zonas Francas más importantes del país. Regades detalló que, actualmente, la entidad dispone de "más de 7 millones de metros cuadrados de suelo industrial y solo 1,5 de tax-free", algo que, hasta la fecha, "no ha sido un inconveniente". "En el momento en que la demanda nos pida ampliar el espacio franco, lo haremos; colaboraremos con el empresario para transformar esa industria en Zona Franca siempre que las sinergias nos lo soliciten y haya un grupo de empresas que lo necesiten; si solo es una, optaríamos por espacios aduaneros", concretó el delegado estatal olívico antes de recordar la disponibilidad de 200.000 metros cuadrados en la Plataforma Logística e Industrial de Salvaterra-As Neves (Plisan): "Podría instalarse una empresa mañana mismo; y la obra de la segunda fase ya comenzó la semana pasada: otros 200.000 metros cuadrados para dar respuesta a la demanda de grandes industrias. Ambas Zonas Francas conocemos los mecanismos, los tenemos engrasados para poder transformar cualquiera de nuestros polígonos en espacios tax-free o en suelo franco".

Pere Navarro confesó que la entidad barcelonesa ya estudia la ampliación de su zona franca "no solo para que sea un depósito libre de impuestos, sino también para que haya una transformación vinculada a la innovación". "Estamos trabajando con la Organización Mundial de Zonas Francas (WFZO), puesto que el debate es mundial. Ahí, constatamos que hay un protagonismo claro de estas entidades en el mundo para ser puntos de arranque de la nueva economía ligada a la innovación", insistió, a la vez que puso sobre la mesa el interés de la institución en la formación. "No hay que olvidar que lo que hacemos tiene que estar relacionado con el sector público, pero también con el educativo. Hay titulaciones que no van a servir para nada, por eso estamos en contacto con la industria 4.0 y con el ámbito de la educación: para que los estudiantes puedan formarse en algo que les sea útil. La Zona Franca no es solo una isla en la que se produce, estamos inmersos en el conjunto de la sociedad", defendió.

Sector del automóvil

Las Zonas Francas de Vigo y Barcelona nacieron al calor de las cuatro ruedas. La primera, con la producción del Citroën 2CV; la segunda, con el Seat 600. Décadas después, la industria del motor vive una clara transformación y circula sobre un asfalto que, de momento, no es firme. Regades, más allá de asegurar que el sector automovilístico se verá sometido a un profundo proceso de cambio que dirigirá la fabricación hacia los modelos respetuosos con el medio ambiente, confiesa que es optimista. "Estamos convencidos de que tenemos que ser capaces de darle valor añadido al sector, y lo hacemos con centros tecnológicos y con la capacidad de innovación, también con la gran industria de componentes, que seguiremos mimando", apuntó antes de presumir de la productividad de los trabajadores: "Somos 15.000 euros más productivos dentro de la Zona Franca porque disponemos de buenos suelos y servicios y prestamos un apoyo extra a las empresas".

De la misma manera, su homólogo en Barcelona se mostró con optimismo a la hora de analizar el futuro de Nissan en la capital catalana. Aunque el coronavirus amenaza con convertirse en el último clavo en el ataúd de la planta, Navarro está "convencido" de que el resultado final sonreirá a los barceloneses: "Se produce un milagro: el Gobierno de España, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona trabajan conjunta y estrechamente frente a los directivos de Nissan de Japón para que la firma permanezca en la Zona Franca; tiene muchas oportunidades: ya se fabricaban coches eléctricos y está preparada para producir el vehículo que más se usará en el futuro. Se trata de un sector que da muchos empleos y tiene un peso muy importante en el PIB español. Debe seguir siendo así".

Integración con la ciudad

Regades y Navarro coinciden en recalcar la importancia de que las Zonas Francas no vivan de espaldas a los núcleos urbanos. En el caso olívico, se ha decidido trasladar la sede al centro; la de Barcelona proyecta un polígono en el que, además de crear, se dé la bienvenida a actividades de carácter deportivo o cultural.