El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la mayoría de bancos de las mayores potencias económicas del mundo están en riesgo de dejar de ser rentables en 2025 por la perspectiva de un entorno de bajos tipos de interés junto al impacto de la crisis generada por el Covid-19. En un nuevo capítulo de su Informe de Estabilidad Financiera Global, el Fondo ha alertado de que la rentabilidad ha sido un "desafío persistente" para los bancos en la mayoría de economías avanzadas desde la crisis financiera de 2008, por lo que el escenario que se abre tras esta nueva crisis presenta una nueva serie de riesgos a la baja. Los economistas del FMI han realizado un modelo econométrico incluyendo a los principales bancos del G7 más Suiza y Suecia. Prevén que una "gran parte" de sus sectores bancarios podrían ser incapaces de generar beneficios por encima de su coste de capital para 2025.

"La previsión de rentabilidad bancaria a corto plazo (2020 y 2021) se verá afectada negativamente por el abrupto alza de costes crediticios debido a la recesión económica por el brote del Covid-19", ha explicado el FMI. "Esa compresión en los márgenes probablemente persistirá y se intensificará porque los tipos a largo plazo han descendido como resultado de la política monetaria acomodaticia", ha agregado. Ha asegurado que los bancos tienen capacidad para mitigar estas presiones sobre su rentabilidad estructural mediante el incremento de los ingresos ajenos a los intereses, el recorte de costes o el aprovechamiento de las nuevas tecnologías. Estas medidas también les ayudarán a competir mejor con las fintech y con los intermediarios financieros no bancarios.

Sin embargo, el FMI también apunta a la posibilidad de que las entidades decidan incurrir en más riesgos para tratar de elevar su retorno: "Las presiones sobre la rentabilidad a medio plazo podrían inducir a los bancos a incrementar los riesgos de crédito, de plazos de vencimiento, de liquidez o de operaciones de forma los suficientemente agresiva como para plantar las semillas de futuros problemas".

Las pérdidas del mercado crediticio de alto riesgo en un escenario severo semejante al de la última crisis financiera podría resultar en pérdidas de más de 1,3 billones de dólares (1,2 billones de euros), estima el organismo, que señala a fondos de inversión y ETF como principales damnificados, mientras que el impacto para la banca sería aparentemente manejable. Estima que los bancos estarían sujetos a pérdidas del 10% de su exposición, algo por debajo de los 150.000 millones de dólares (137.526 millones de euros), por detrás de las aseguradoras, con cerca del 13%, y que los más afectados en función de su exposición serían los hedge fund, con pérdidas del 40% del riesgo asumido, y fondos y ETF, con más del 35%. "Las pérdidas de entidades financieras no bancarias podrían ser más significativas, dado el papel preeminente que los prestamistas no bancarios han adoptado en estos mercados, lo que podría dañar la provisión de crédito y llevar a una recesión más larga y severa", señala.