El cierre de colegios por la pandemia y el cambio de las clases presenciales por tareas online ha puesto en jaque a muchas familias que o no tienen ordenador ni internet en casa o si los tienen son limitados e ineficaces para la educación a distancia de sus hijos. Muchos decidieron tirar de móvil pero pronto se dieron cuenta que los datos se acababan enseguida o que no era viable para realizar ciertas tareas, otros tienen algún recurso pero es insuficiente para el número de niños que hay en casa y hay quienes tan solo cuentan con el teléfono del padre o la madre para recibir y mandar las tareas escolares. Por ello, desde Cruz Roja y la empresa Inusual decidieron apoyar a los más vulnerables en esta crisis y han cedido cien tablets a familias de la provincia de A Coruña para que mientras no haya clases presenciales puedan seguir con su formación sin problema. "Nos pareció la mejor manera de aportar nuestro granito de arena en hacer que esta situación tan dura que nos ha tocado vivir como sociedad ofrezca oportunidades para todos, sobre todo para los niños de hoy que son el futuro de nuestra sociedad", explica Xulio Coira de Inusual, la empresa que ha donado el material a Cruz Roja para que lo reparta, a modo de préstamo, entre usuarios de sus programas.

Gran parte de quienes han recibido estas tablets con su respectiva conexión a internet son menores que participan en el programa Promoción del Éxito Escolar de Cruz Roja, una iniciativa que permite que niños de 5 a 15 años acudan varias veces por semana a la sede para recibir clases de refuerzo sobre alguna materia, apoyo a la hora de hacer los deberes o resolver dudas sobre cualquier contenido. "Son niños cuyas familias tienen dificultades económicas, que vienen a merendar a Cruz Roja y ya se quedan a las clases; algunos tienen problemas para estudiar bien en sus casas", explica Manuel Santos, voluntario de este programa, quien asegura que la respuesta de los menores es formidable. "Los niños están muy contentos y se sueltan más que en clase. Muchos vienen de otro país, les cuesta adaptarse y aquí, aunque hay normas, el ambiente es más relajado que en el colegio y no les da tanto reparo preguntar las dudas", asegura.

Antes de la pandemia de Covid-19 estas clases de refuerzo funcionaban a la manera tradicional: se explicaban algunas materias en las que tuvieran dificultad, se practicaban ejercicios o incluso se debatía sobre temas de actualidad, todos en clase repartidos en pequeños grupos en función de la edad. Pero la pandemia puso todo patas arriba. El confinamiento inicial y el miedo al contagio obligó a cerrar los colegios y suspender cualquier clase de apoyo, pero el curso siguió adelante. Los profesores siguen dando materia y ejercicios, pero lo hacen a través de internet. Sin embargo a muchas familias, especialmente las más vulnerables, estas nuevas condiciones de juego les ha pillado sin los medios necesarios. Santos solo tiene palabras de agradecimiento para la donación de tablets ya que "ayuda a los niños pero también a los voluntarios a realizar nuestro trabajo".

Desde que se inició la cuarentena, este voluntario llama varias veces a la semana por teléfono a los niños y familias para realizar tanto el control de la formación como ver qué tal lo llevan o si precisan alguna cosa. Una crisis sanitaria que ha dejado a la luz la realidad de muchas familias.

"Hay de todo. Quienes tienen internet pero un ordenador muy antiguo y tardan 20 minutos en abrir un email hasta chicos que usaban internet en el móvil pero a los que se les acababan los datos o quienes no tienen ni teléfono para los niños", explica Manuel Santos, quien tiene claro que gracias a estas tablets "muchos ya pueden seguir de nuevo las clases online y es más sencillo explicarle cuestiones matemáticas si pueden ver cómo las hago yo en la pizarra que si se las indico por teléfono", explica el voluntario.

Ingrid Márquez es una de las madres de familia que sabe bien lo que es trabajar o no con los medios suficientes. Con cinco menores en edad escolar en casa y solo tres móviles y una tablet, agradece la llegada de otras dos para que los niños puedan hacer bien sus tareas. "Es mucho más fácil porque hay tareas que con el móvil son más complicadas", indica.