Dominic Cummings, el principal asesor del primer ministro británico, Boris Johnson, consideró ayer que actuó "de manera razonable y dentro de la ley" al viajar desde Londres al norte de Inglaterra en pleno confinamiento.

Cummings dio ayer en una excepcional rueda de prensa en los jardines de Downing Street -despacho oficial del líder tory- para dar explicaciones por haber conducido más de 400 kilómetros a casa de sus padres, saltándose las normas impuestas por el Gobierno y provocando una tormenta política.

Su esposa, Mary Wakefield, presentaba entonces síntomas de la enfermedad y, según sostuvo, no disponían de más alternativa para cuidar a su hijo de cuatro años en Londres en caso de que él también se contagiara, como sucedió.

Cummings, que cuenta con el respaldo de Johnson, afirmó que "dadas las circunstancias", obró "de manera razonable y dentro de la ley" y señaló que "no ha ofrecido su dimisión" y tampoco lo ha "considerado". "No lamento lo que hice. Creo que personas razonables podrían no estar de acuerdo pero dadas las circunstancias, creo que lo que hice fue razonable", opinó. Miles de británicos desafiaron el fin de semana las reglas de confinamiento. Las temperaturas de más 25 grados contribuyeron a atestar las playas del sur de Inglaterra, donde los bañistas ignoraron los mensajes del Gobierno para mantener la distancia social de dos metros.