Mientras la pandemia del coronavirus arrasaba con la mayor parte de los sectores económicos, el campo gallego no solo se mantuvo en pie sino que se volvió más valioso. Y los habitantes de las ciudades empezaron a mirar con envidia la mayor tranquilidad con la que los vecinos de los pueblos sobrellevaban el confinamiento. Por esta razón, la crisis del Covid-19 puede convertirse en una nueva oportunidad para el "renacer" del rural, pero esto solo no bastará. Hacen falta servicios y sobre todo trabajo. "Se debe poder vivir en el rural, pero también trabajar en el rural", advirtió el conselleiro de Medio Rural, José González, que ayer participó en el ciclo de conferencias online organizado por LA OPINIÓN A CORUÑA y Faro de Vigo, pertenecientes al grupo Prensa Ibérica, bajo el título Diálogos para la reconstrucción junto al periodista y autor del libro La España vacía, Sergio del Molino.

Ambos dejaron claro que la sostenibilidad y la preservación del paisaje debe ser compatible con la actividad económica en el campo. "No podemos conservar el rural en formol como si fuera un museo. No es una postal", apuntó Del Molino.

La crisis del coronavirus puede ser, en todo caso, un revulsivo para frenar el abandono del campo. El conselleiro así lo cree. En su opinión, en los últimos años se están dando pasos hacia la digitalización y la sostenibilidad. "Y ahora el Covid-19 puede incentivar esa tendencia hacia el resurgir del rural", explica.

A esto ayudará, por un lado, la mayor concienciación de la sociedad sobre la importancia del sector agroalimentario, según explicó José González. Pero también apuntó a un incremento de la "preocupación de los gallegos por el origen, la calidad o la salubridad de los productos alimentarios que llevará a un consumo de proximidad". Y, por último, el conselleiro citó la revalorización del rural "como un lugar donde trabajar".

El escritor Sergio del Molino es menos "optimista". En su opinión, todo dependerá de la duración de la crisis del Covid-19. "Si nos recuperamos pronto, esos valores de la vida sencilla y la vida del campo desaparecerán", advierte. Sin embargo, en su opinión si las dificultades se prolongan en el tiempo sí podría producirse un cambio. "Sí podríamos ver así un resurgir, un renacer del territorio rural que se sustenta con la producción agrícola y la producción ganadera", señala. Esto sucederá porque ya no se podrá operar en un mercado global donde "se puedan comer naranjas argentinas en enero".

"Habrá que replantearse qué comemos, dónde comemos, dónde lo producimos... Eso sí sería una pequeña revolución para el rural", advierte el periodista. Pero, de producirse esta vuelta al rural, habrá que garantizar servicios a la población en un contexto económico en el que las administraciones verán mermados sus recursos por la crisis del coronavirus.

"No se puede vivir en un lugar donde internet va a pedales y eso requiere una inversión y con un Estado endeudado no será posible", expuso Sergio del Molino.

Sin embargo, el conselleiro de Medio Rural quiso dar tranquilidad. Explicó que la Xunta cuenta con fondos europeos y que la UE autorizó una flexibilización "para que se puedan usar todas las partidas y aprovecharlas para todos aquellos proyectos que puedan generar valor añadido".

Pero, en todo caso, José González cree que lo principal es impulsar "actividades económicas rentables" en el campo. Es decir, "vivir del rural en el rural". "Y los servicios ya se irán desarrollando conforme a esa filosofía", defendió.

Pero, en ocasiones, el fomento de la actividad económica en el rural choca con la preservación de espacios naturales. Quienes viven y trabajan en espacios protegidos suelen quejarse de las restricciones que les imponen.

El conselleiro reconoce esa "dicotomía". "A todo el mundo le interesa un medio rural sostenible, pero también vivo y dinámico", explicó en el debate organizado ayer por LA OPINIÓN A CORUÑA. En su opinión, hay que "compatibilizar" la actividad agraria y ganadera con la protección al medio natural. Y puso de ejemplo la Ribeira Sacra que aspira a ser Patrimonio de la Humanidad. "Se trata de un paisaje donde hubo mucha intervención del hombre", apostilló.

Con el titular de Medio Rural estuvo de acuerdo Sergio del Molino que, en todo caso, reconoció que es una tarea "difícil" compatibilizar la actividad económica con el respeto al medio ambiente.

Pero además aclaró que, efectivamente, en Europa hay pocos espacios "naturales". "Tienen poco de naturales porque la mayoría son paisajes muy humanizados por la acción del hombre", señaló.

¿Y cuáles son las recetas para revitalizar el rural? Del Molino no cree que haya soluciones fáciles. Apunta además que se suele hablar del abandono del campo por parte de las administraciones y mostró su discrepancia al respecto. "No es cierto. Hubo muchas políticas, muchas acciones. A veces no se puede hacer mucho más. Pedimos demasiado a administraciones y gobiernos", advirtió. El periodista cree que las soluciones para revitalizar el rural no son genéricas. "Deben ser hiperlocalistas, ver los problemas concretas de cada comarca y hacer planes a medida", opinó.

Por otro lado, advirtió de que "las necesidades reales del campo colisionan con la burocracia". Por eso pidió a la administración que "sea más elástica y se adapte a las necesidades extrañas, cambiantes y heterogéneas del campo".

Con esta premisa estuvo de acuerdo el conselleiro de Medio Rural. "Creo que los ciudadanos soportamos un exceso de regulación. Probablemente ahí tengamos que hacer una apuesta mayor", reconoció. En su opinión, es necesario "incidir todavía más en la simplificación y la tramitación de los proyectos". "Tenemos que ser más ágiles".

La realidad del rural gallego es, sin embargo, peculiar. El propio Sergio del Molino reconoció que su análisis más que un capítulo merecería un libro entero. El minifundismo "exacerbado", en palabras del conselleiro, complica las políticas para frenar el abandono del campo. Y como muestra dos datos: Galicia tiene 11 millones de parcelas catastrales con una superficie media de 1.500 metros cuadrados.

José González recordó el proyecto de Ley de Recuperación de Tierras Agrarias que impulsa su Consellería. "Esta superficie por recuperar supondrá una ventaja competitiva, porque la recuperaremos con criterios del siglo XXI y de sostenibilidad", defendió el titular de Medio Rural.

Existen distintas experiencias en Europa para revitalizar el rural. El escritor Sergio del Molina puso el ejemplo de Escocia, con un problema de envejecimiento demográfico similar al de España. Según explicó, el Gobierno escocés impulsa planes de desarrollo a largo plazo para proyectos concretos vinculados a determinados pueblos. Ejerce de intermediario y busca financiación tanto pública como privada.

En España citó el proyecto Mosaico, de Extremadura. "Tiene que ver con la ganadería, la agricultura y los incendios forestales. Es un intento ambicioso y a largo plazo de recuperar el aspecto de mosaico del territorio. Si tuviéramos campo más activo, desde el cielo se vería como un mosaico. Se vería una parcela de prado, una de bosque, una cultivada, un viñedo. Sería un tapiz en el cual el fuego le resulta mucho más difícil entrar", explica el periodista.

En una línea similar en Galicia la Consellería de Medio Rural impulsa las "aldeas modelo". Ahora mismo hay once ya funcionando. "Se genera alrededor de la aldea actividad agroganadera que es la mejor barrera frente a los incendios forestales", explicó José González.

Otro proyecto en cartera de la Xunta es la creación de polígonos forestales. "Buscamos que una vez que surja una aldea modelo acercar lo máximo posible el polígono para que la ordenación del territorio se vaya extendiendo como manchas de aceite", explicó el conselleiro.

Y aunque estos proyectos están pensados para dar resultados en un horizonte más largo, José González se mostró optimista y cree que darán sus frutos "en un plazo relativamente corto".

Pero la agricultura y la ganadería no son la única opción económica del campo gallego. El turismo rural cobra vigor ahora a raíz de la pandemia del coronavirus. Los turistas buscan tranquilidad y huyen de destinos masificados.

En este sentido, son varios los retos futuros que debe afrontar este tipo de turismo, en opinión del titular de Medio Rural. Por un lado, hay que "agrupar muchas casas de turismo rural porque necesitamos que se fortalezcan" "Y hay que potenciar las actividades complementarias. Galicia tiene riqueza patrimonial, paisajística y etnográfica que hay que poner en valor", detalló. Por otro lado, según enunció, se debe ir a una "especialización" y citó, por ejemplo, el turismo "enológico".

En cuanto a si la crisis del Covid-19 y la revalorización del campo como medio de vida contribuirá a una mayor concienciación de la ciudadanía a favor de la sostenibilidad medioambiental, Sergio del Molino se mostró escéptico. "La situación se tiene que poner peor para que cambien mentalidades", puntualizó.