Una tos persistente que no mejoraba con el paso de los días y que le impedía dormir por las noches, unida a la repentina pérdida de olfato, hicieron sospechar al carralense Antonio Varela que podía estar infectado con el SARS-CoV-2. "Cuando llamé a la central de emergencias y me escucharon toser ya me dijeron que me iban a mandar inmediatamente una ambulancia a casa. Me trasladaron a Urgencias, entré en el circuito de Covid-19 y, tras realizarme varias pruebas me confirmaron que había dado positivo por coronavirus, y que sufría neumonía bilateral, por lo que ya quedé ingresado", recuerda.

Los nueve días siguientes, este vecino de Vilaboa (Culleredo) los pasó aislado, postrado en una cama de la planta de enfermedades infecciosas del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). "Tuve mucha suerte, porque desde el primer día el tratamiento que me administraron -hidroxicloroquina- funcionó bastante bien, y poco a poco me fui recuperando. Se pasa mal, porque es una enfermedad nueva, que no sabes cómo va a evolucionar, y porque te ves allí solo. Yo hablaba con mi familia por teléfono, pero no podía estar con ellos y eso se me hacía bastante difícil. Las únicas personas con las que tenía contacto eran los sanitarios que entraban a verme en la habitación con los equipos de protección individual (EPI). Al principio, impresiona bastante. Parece que estás en una película del espacio", señala.

Ayer, un mes y medio después de abandonar el Chuac para continuar su recuperación en casa, este carralense de 58 años volvió al hospital, pero lo hizo con un sentimiento muy diferente. Atrás quedaron el miedo y la incertidumbre que le acompañaron en aquella ambulancia, camino de Urgencias, a finales de marzo. El centro de As Xubias inició ayer la recogida de plasma sanguíneo de pacientes que han superado la infección por SARS-CoV-2 para tratar a otros pacientes en fase activa de la enfermedad. Y Antonio fue uno de los siete primeros donantes. "Soy muy afortunado: superé la Covid-19 y he generado suficientes anticuerpos como para contribuir a que otros pacientes se puedan recuperar también. Es un honor poder ayudar a otras personas", subraya.

Esta actuación forma parte de un estudio coordinado por la Axencia de Doazón de Órganos, Tecidos e Sangue de Galicia (ADOS), que echó a andar en el Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) y que se prevé extender a todos los hospitales de la red del Servizo Galego de Saúde (Sergas). Los siete primeros donantes de plasma en el Chuac son ciudadanos a los que, como a Antonio, se les diagnosticó la Covid-19 mediante una prueba de laboratorio y con una PCR negativa, como mínimo, catorce días antes de que se lleve a cabo la extracción. De esta manera, se garantiza "con mucho margen" que han superado ya la enfermedad. "Se trata, además, de adultos menores de 60 años, con unos niveles de hemoglobina y de plaquetas adecuados (no pueden tener anemia ni trombocitopenia), unas condiciones favorables de salud -por tanto, sin comorbilidades que contraindiquen la donación- y con un recuento de anticuerpos alto", explica Teresa Fernández, especialista de Hematología del Chuac, y una de las encargadas de este proyecto en el complejo coruñés, junto con la jefa del Servicio, Fernanda López, y la responsable del Banco de Sangre, Concepción Andón. En estas primeras extracciones, todos los donantes fueron hombres, ya que el estudio excluye a mujeres que hayan estado previamente embarazadas o que hayan sufrido abortos, especifica la hematóloga del complejo coruñés.

"La gran mayoría de los candidatos con los que contactamos manifestaron una disponibilidad total a participar. Esto es algo reseñable, teniendo en cuenta que se trata de personas que acaban de pasar, en algunos casos, varias semanas ingresadas en el hospital y que, por tanto, sería comprensible que no quisiesen", apunta Fernández, quien aclara que el estudio de ADOS en A Coruña no se va a limitar a estos siete primeros participantes, sino que ya se están seleccionando nuevos donantes. "Esta es la primera remesa, pero vamos a continuar en siguientes semanas. De hecho, ya hemos pasado a ADOS un listado con otro quince posibles donantes entre pacientes que han superado la infección por SARS-CoV-2 en sus domicilios. Y en próximos días seleccionaremos más", avanza.

Donación por aféresis

La hematóloga del Chuac explica que la extracción de plasma sanguíneo se realiza mediante un procedimiento denominado aféresis, con un desarrollo similar a los procesos de diálisis. "En las donaciones convencionales, la sangre (alrededor de unos 400 mililitros) se extrae directamente a una bolsa y, posteriormente, se lleva a una laboratorio, donde se divide en sus componentes. En las extracciones por aféresis, sin embargo, los donantes se conectan a una máquina que incorpora un sistema de centrífugas adaptado, en el que se separa el plasma (o las plaquetas) y, posteriormente, se devuelven, por la misma vía de acceso, los demás componentes", indica, y agrega: "Es un procedimiento un poco más largo que la donación convencional y requiere que el donante tenga una buena tolerancia y unas vías adecuadas para realizar la extracción. Si no fuese así, siempre se podría llevar a cabo a un ritmo menor", reseña.

Las primeras extracciones de plasma para este estudio se llevaron a cabo se en el punto fijo de ADOS del área sanitaria coruñesa (localizado en el Chuac). Las muestras fueron trasladadas ya a la sede de la Axencia de Doazón, en Santiago, donde se procederá a su "procesado, congelación y descontaminación bacteriana", apunta la hematóloga del Chuac, quien subraya que el estudio de ADOS parte de la hipótesis de que en cualquier infección vírica el cuerpo tiene que generar anticuerpos, encargados de luchar contra el germen externo. Unos anticuerpos que intervienen en la fase activa de la Covid-19, mientras que otros se quedan durante una temporada. En el caso del coronavirus, no se sabe si estos estarán presentes para siempre, como ocurre en el sarampión, por ejemplo, o no.

Objetivo: anticiparse

La terapia con plasma consiste en inocular ese componente sanguíneo con anticuerpos a los enfermos. "Ya se ha recurrido al plasma en otras ocasiones, por ejemplo, para el tratamiento del ébola", indica la doctora Fernández. En el caso del coronavirus se pretende es "ir un poco por delante", y administrar la terapia a enfermos con algún dato indicativo de gravedad (neumonía objetivada, saturaciones bajas, marcadores inflamatorios elevados, comorbilidades asociadas...) antes de que puedan precisar ser ingresados en la UCI. "La idea es tratar de contener la tormenta inflamatoria que provoca el SARS-CoV-2 en el organismo antes de llegar a una situación de la que sea más complicado salir", apunta.

En Galicia, por ahora, solo han sido tratados con plasma sanguíneo con anticuerpos enfermos con Covid-19 ingresados en los hospitales de Santiago, Pontevedra y Vigo, informan desde ADOS. En el Chuac todavía no se ha trasfundido ese componente sanguíneo a ningún paciente con infección por coronavirus, aunque fuentes hospitalarias confirmaron ayer a este diario que "se hará en el futuro".