Italia, que mañana 3 de junio abrirá sus fronteras internacionales, ha advertido de que no lo hará para aquellos países que impongan restricciones de entrada a los ciudadanos italianos, por el principio de reciprocidad. "Creemos en el espíritu europeo, pero estamos listos para cerrar las fronteras a aquellos que no nos respetan", señaló el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio.

El ministro apuntó que Italia "se ha distinguido por la transparencia" y que los datos actuales de la pandemia "son muy reconfortantes". Italia registró ayer la cifra más baja de nuevos contagios en tres meses, con solo 178 casos confirmados en el último día, aunque el número de fallecidos fue 60, hasta un total de 33.415. "Si alguien piensa cerrarnos la puerta por sus propios intereses, entonces responderemos", subrayó Di Maio.

Mañana también se reabren los viajes entre regiones italianas, una decisión que el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, definió no está exenta de riesgos.

Hace unos días el Gobierno griego anunció el primer grupo de 29 países a cuyos ciudadanos se permitirá volar sin restricciones a los aeropuertos de Atenas y Salónica a partir del 15 de junio, entre los que no estaba Italia ni tampoco España. Después se aclaró que, en base a la información de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, los ciudadanos de zonas "de riesgo", aunque podrán visitar Grecia, deberán hacerse la prueba y someterse a una cuarentena de 7 o 14 días, en función de si el test sale negativo o positivo.

Estas zonas son las regiones norteñas de Emilia-Romaña, Lombardía, Piamonte y Véneto. La medida ha causado indignación en Véneto, que a pesar de estar junto a las más afectadas por la pandemia logró contener con éxito la propagación. "Me pregunto qué piensan sus operadores, son nuestros turistas los que van allí", señaló el presidente regional, Luca Zaia.