El colectivo de escuelas infantiles ve un pequeño "atisbo de esperanza" en las medidas extraordinarias de atención a la infancia y a la dependencia anunciadas por la Xunta para ayudar a la conciliación de las familias en el nuevo escenario creado por la pandemia de coronavirus, que añaden también ayudas a los centros para asumir los costes fijos de sus instalaciones hasta septiembre, fecha en la que se ha fijado su reapertura, aunque ya asumen que la situación será crítica para el sector.

"Tenemos que estar cerrados hasta septiembre y tampoco podemos ofrecer los servicios complementarios que solemos ofrecer en verano, y entendemos que concellos y otros centros oferten campamentos porque si a nosotros nos dicen que no es seguro, ¿por qué unos sí y otros no", apunta Fernando Rolland, de la Asociación Galega de Escolas Infantís (Agadei). En la fase 3 de la desescalada, que en Galicia entra en vigor a partir del lunes, está previsto que se puedan organizar campamentos de verano con 80 personas en lugares cerrados y hasta 200 en lugares abiertos. Además, en su paquete de medidas de ayuda a la infancia, la Xunta también ha anunciado la puesta en marcha a partir de la segunda quincena de julio de campamentos de verano para niños de 8 a 18 años.

"Hay muchas escuelas que se están pensando su viabilidad. Si las ayudas que han anunciado no llegan pronto muchas van a tener que cerrar. Es imposible mantenerse con unos gastos fijos de entre 2.500 y 10.000 euros, dependiendo de cada escuela, que se pueden mantener uno o dos meses, pero no más. Además, si no se prorrogan los ERTE en nuestro sector será imposible subsistir. Estamos todos valorando qué hacer con nuestro futuro. La mayoría hemos pedido créditos y aunque tengamos una cadencia esas ayudas hay que pagarlas y sin ingresos es imposible seguir con la ventana abierta", asume Rolland.

Tras reunirse con la directora xeral de Familia, Amparo González , reconoce que "nos han dado un atisbo de esperanza con las ayudas anunciadas, pero nosotros no queremos vivir de ayudas, queremos hacer nuestro trabajo y si otros pueden hacerlo no entendemos por qué nosotros no". "Necesitamos que ese compromiso sea firme y que lleguen pronto las ayudas porque nos estamos ahogando y tendremos muy difícil salir a flote", advierte Rolland.

Desde Agadei reconocen su "sorpresa y decepción" ante la decisión de la Xunta de retrasar su reapertura hasta septiembre. "Siempre hemos defendido la salud por encima de cualquier negocio, por eso pedíamos reabrir una vez llegásemos a la "nueva normalidad", cuando todos los sectores ya estén trabajando. En esta situación las familias se quedan sin el principal pilar de conciliación y va a ser un verano muy duro para todos. Si la decisión se toma por motivos de salud, lógicamente no vamos a rebatirla porque no somos expertos en salud, somos expertos en niños y entendemos que lo que necesitan es estar con otros niños y retomar, de alguna manera, su rutina. Son los grandes olvidados en esta crisis desde el principio", se lamenta Rolland.

"No nos parece muy lógico que las escuelas sigan cerradas y que todo lo demás esté abierto", insiste. "A las familias les va a ser muy difícil entender que sigamos cerrados, nosotros tampoco lo entendemos pero, lógicamente, acatamos la orden", añade. "Estamos preocupados por la viabilidad de nuestras empresas Si las ayudas no llegan pronto muchas escuelas infantiles van a tener que cerrar", vaticina el portavoz de Agadei.