Después de tres meses "intensos y extraños" en que los profesionales sanitarios coruñeses han atendido a cientos de pacientes con Covid al tiempo que "adquirían sobre la marcha" conocimientos sobre esta enfermedad nueva y desconocida causada por el coronavirus SARS-CoV-2, toca reactivar la actividad asistencial "con mucha cautela y todas las medidas de seguridad", subraya el gerente del área sanitaria de A Coruña y Cee, Luis Verde Remeseiro. "Para esta semana, tenemos programadas más de 400 cirugías. Estamos casi al 80% de la actividad quirúrgica previa a la pandemia", avanza, aunque insiste en que recuperar cierta normalidad no implica "bajar la guardia". "Mantendremos los circuitos Covid en las Urgencias y en los centros de salud. Y la infraestructura de Expocoruña seguirá montada mientras el recinto no albergue otra actividad. Nuestro éxito volverá a ser no tener que utilizarla. Que si hay rebrotes, seamos capaces de manejar la situación con los recursos públicos que tenemos en el área sanitaria. Y con los privados, si fuese necesario", señala.

¿En qué momento se empezaron a movilizar ante la posibilidad de que el coronavirus llegase al área sanitaria coruñesa?

Cuando se detectaron los primeros casos de coronavirus en España, a finales de enero, nos empezamos a organizar y constituimos un comité clínico interno de seguimiento. En la última semana de febrero, estábamos ya muy activos, en alerta ante la posible aparición aquí de los primeros casos. Sabíamos que era cuestión de tiempo, al igual que había sucedido en otros lugares. El primer ingreso de un paciente con Covid en nuestra área sanitaria se produjo el 2 de marzo. El enfermo presentaba un cuadro clínico bastante atípico y, por tanto, hubiese sido fácil que se nos escapase. Pero no fue así, y eso nos hizo ver que estábamos con los sistemas de alerta bien enfocados. A partir de ahí, fueron apareciendo más casos y tuvimos algunos brotes, como el del centro cívico de Feáns y el del centro ocupacional Lamastelle de Aspronaga. Tanto nuestro Servicio de Medicina Preventiva como los compañeros de alertas epidemiológicas de Saúde Pública hicieron un buen trabajo de detección al identificar esos brotes y los espacios donde los afectados compartían actividades. Eso nos hizo ser conscientes de la importancia de implementar los sistemas de detección y de la necesidad de empezar a preparar nuestros hospitales y centros de salud para la pandemia.

Una pandemia que puso patas arriba el edificio principal del Chuac, donde se concentró la atención a los pacientes con coronavirus más graves. ¿A qué nivel de ocupación llegaron a estar sus plantas de hospitalización convencional?

Llegamos a habilitar prácticamente todo el Hospital Universitario para Covid, con un total de 462 camas disponibles en planta para afectados por esa enfermedad (a las que habría que sumar otras 64 en unidades de críticos). En el momento de máxima ocupación, superamos el 65%, y cuando ya estábamos cerca del 70%, decidimos que había que acometer una extensión de la hospitalización ante el riesgo de vernos superados por la situación.

Y ahí se empezó a preparar el hospital de campaña de Expocoruña, al que finalmente no hubo que recurrir.

Así es. Hemos tenido la fortuna de contar con un recinto fantástico como el de Expocoruña, con unas condiciones muy buenas para llevar a cabo esa extensión de la hospitalización, y con la colaboración y la disponibilidad total por parte de la fundación que lo gestiona. Lo que hicimos allí fue habilitar una serie de instalaciones que permitiesen dar una hospitalización de calidad. Todas las camas tienen tomas de oxígeno, iluminación, controles de enfermería, dispositivos informáticos... La infraestructura está ahí, pendiente de dotar en caso de que tuviese que ser utilizada.

¿Hasta cuándo continuará montada esa infraestructura?

Mientras las instalaciones no se precisen para albergar otra actividad - y parece que, de momento, no va a haber muchos eventos multitudinarios-, la mantendremos. Nuestra intención es ir evaluando, de cara al otoño, las necesidades asistenciales en función de la situación epidemiológica, y nuestro éxito volverá a ser no utilizarla. Que seamos capaces de manejar la situación con los recursos públicos que tenemos en el área sanitaria. Y con los privados, si fuese preciso, porque ahí estuvieron también los centros privados atendiendo a pacientes con Covid y poniendo sus infraestructuras a nuestra disposición para lo que fuese necesario.

La Covid obligó a reorganizar en tiempo récord toda la actividad asistencial del área sanitaria, posponiendo consultas y operaciones no urgentes. ¿En qué punto se encuentra la desescalada ?

A medida que avanzaba la pandemia, tuvimos que adoptar medidas en diferentes áreas. En Urgencias, por ejemplo, separamos circuitos y habilitamos espacios específicos para atender a los pacientes con Covid. En hospitalización, exactamente lo mismo. Trasladamos determinadas especialidades del Hospital Universitario al Abente y Lago o al Materno Infantil, y la actividad quirúrgica se redujo. Pero a los pacientes con prioridad 1, enfermos oncológicos o con problemas de salud que pudiesen suponer una repercusión importante en un órgano o función vital, se les siguió operando. No podía ser de otra manera. También se mantuvieron los trasplantes de urgencia cero. Y a medida que se fue controlando la situación y empezamos a doblar la curva de contagios e ingresos, nos fuimos preparando para la reactivación asistencial, que es la fase en la que nos encontramos ahora. Para esta semana tenemos programadas más de 400 cirugías. Estamos casi al 80% de la actividad quirúrgica previa a la pandemia.

¿Mantendrán hasta el próximo año los circuitos Covid en las Urgencias hospitalarias y en los centros de salud?

Nuestra previsión es mantenerlos. Debemos ser cautos y estar muy atentos de cara al otoño, cuando regresen el frío y las infecciones respiratorias de todos los inviernos. Tenemos que estar preparados para lo que pueda suceder. Por eso, continuaremos con el doble circuito para pacientes sospechosos de Covid, tanto en las Urgencias del Hospital Universitario como en Cee, y también en los centros de Atención Primaria. Y lo que haremos será ir adaptando espacios en función de las necesidades.

En los últimos tres meses se reforzó la plantilla de los servicios más implicados en la atención de los enfermos con coronavirus. ¿Se prolongarán esos contratos?

Las infraestructuras son necesarias, pero de nada sirve el esfuerzo en dotación si no tenemos la plantilla necesaria para atender a los pacientes. Por eso, a medida que acometíamos todas esas actuaciones, fuimos incorporando también sanitarios, hasta un total de 480. Hubo días en que duplicamos el número de ingresados, tanto en planta como en las unidades de críticos. No nos podíamos permitir tener a los pacientes y luego buscar a los profesionales. Fuimos por delante. Contratamos, por ejemplo, a todos los médicos residentes (MIR) en su último año de formación para ejercer como adjuntos. Y al finalizar, han continuado en las plantillas. Todo lo que se contrató para atender las necesidades de la Covid, se mantiene.

¿Qué formas de trabajar han adquirido que permanecerán tras esta crisis sanitaria?

Esta pandemia ha supuesto un antes y un después, y hay ciertos cambios que vamos a incorporar, aunque no de manera inmediata. Hemos aprendido que es posible realizar mucha más actividad no presencial. Se pueden evitar desplazamientos de los pacientes para recibir una información o un resultado de una prueba que no requiere una exploración. A lo mejor tampoco es necesario que vayan al hospital a recoger una medicación, y podemos hacérsela llegar a sus domicilios, como se ha estado haciendo estos meses. Muchas cuestiones que tendremos que ir implementando con la seguridad que toca. Seguridad en cuanto a protección de datos de las personas, y seguridad también en nuestras actividades presenciales. Al igual que pedimos un esfuerzo a los ciudadanos, nosotros también tenemos que hacerlo para dimensionar correctamente nuestras salas de espera, el escalado de las citas para que no coincidan muchos pacientes... Todo esto es importante, y lo iremos desarrollando en los próximos meses.

En los próximos meses arrancarán también las nuevas obras del plan director del Hospital de A Coruña. La previsión es que esos trabajos se inicien en diciembre. ¿Serán compatibles con un posible rebrote de coronavirus?

Si todo va bien, se podrán llevar a cabo al mismo tiempo que se presta una asistencia normal. Las actuaciones previstas en esta fase 0 del proyecto se van a realizar en el interior del edificio central del Hospital Universitario, en áreas que ahora mismo no están siendo utilizadas.

¿Qué actuaciones concretas se acometerán en esa fase?

En la cuarta planta, donde eran las antiguas Urgencias -que están vacías-, se crearán la nueva Oficina de Coordinación de Trasplantes y los hospitales de día de Oncología, Alergología, Hematología, y Polivalente. Estos espacios nos van a dar muchísimo juego, porque los pacientes podrán ser atendidos allí e ir a consulta sin necesidad de quedarse ingresados. En el antiguo bloque quirúrgico de la quinta planta se dará forma a una nueva unidad de hospitalización, con 29 camas más. Y en la sexta, se unificarán dos de las tres UCI, la de politraumatizados y cuidados intermedios, que ahora están en la quinta. Estas actuaciones van a suponer un importante balón de oxígeno para nuestra área sanitaria. Y, sobre todo, ponen la primera piedra de un proyecto mucho más ambicioso, a largo plazo, que es la creación del nuevo Chuac.