Dani Rodrik (Estambul, 1957), uno de los economistas más influyentes del mundo y uno de los grandes críticos del proceso de globalización y su impacto sociopolítico, es el ganador del premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2020. El jurado, presidido por la historiadora Carmen Iglesias Cano y reunido ayer por videoconferencia, eligió su candidatura entre las 33 que se habían presentado a esta categoría en esta edición.

Rodrik, de familia sefardí expulsada de España en el siglo XV, es profesor de la Universidad de Harvard y está considerado uno de los cien economistas más influyentes del mundo. Suyo es el conocido como trilema de Rodrik, en el que pone en relación globalización, soberanía nacional y democracia y estabilidad social. El desequilibrio entre esos tres factores está en la raíz de fenómenos como el Brexit, el populismo o el ultranacionalismo disgregador, asegura.

Su libro ¿Ha ido la globalización demasiado lejos?, publicado en 1997, es uno de los libros de economía más importantes de la década de las últimas décadas.

El premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales se concede a "la labor creadora y/o de investigación de la historia, el derecho, la lingüística, la pedagogía, la ciencia política, la psicología, la sociología, la ética, la filosofía, la geografía, la economía, la demografía y la antropología". En las anteriores ediciones, recibieron el premio de Ciencias Sociales el sociólogo Alejandro Portes, el filósofo Michael J. Sandel, la especialista en religiones comparadas Karen Armstrong, la historiadora Mary Beard o la economista Esther Duflo, entre otros.

Tras reconocer que recibir este premio es un "inesperado y gran honor", Rodrik aseguró ayer: "Mi gran esperanza es que algunas de las ideas que reconoce el Premio Princesa de Asturias sean útiles en la reconstrucción de la economía mundial, que tanto necesitamos después de la pandemia".

El jurado que concedió ayer esta distinción al economista turco concluye que este experto ha contribuido no solo a la ampliación del conocimiento de la economía internacional sino también a hacerla "compatible con la paz, así como con la reducción de la pobreza y la desigualdad", según indica en su acta hecha pública tras anunciar el fallo.