Después de que las autonomías cuestionaran las propuestas de agrupamiento de 15 o 20 alumnos entre los más pequeños, pero dieran su visto bueno a un curso presencial, la ministra de Educación, Isabel Celaá, insistía ayer en que en septiembre no puede haber una vuelta al cole en las mismas condiciones que antes del virus y que lo "obligatorio hoy por hoy", en tanto no se cambie la ley, "es el 1,5 de la distancia interpersonal". Con ella, subrayó, "hemos de trabajar".

Cuestionada por las afirmaciones de Madrid -que no firmó el acuerdo-, sobre las dificultades de implementar esos 1,5 metros, Celaá recalcó que "tiene que cumplir la ley". "Y además tenemos que entrar en el centro educativo con seguridad y se puede. Se puede hacer y se debe hacer y hay que hacerlo", enfatizó. "Lo que uno no puede pretender", apuntó, es mantener "exclusivamente" lo que ya había antes. En esa línea, insistió en recurrir a otros espacios y "cuando ya se llega al límite y el centro no puede, habrá que buscar espacios adicionales en otras administraciones", indicó en una entrevista a la cadena Ser. Al respecto, señaló que "todas las comunidades están trabajando con sus centros tratando de optimizar los espacios".

En el mismo foro reconoció también que ampliar espacios "puede suponer algunos recursos humanos más" y recordó los 2.000 millones que aporta el Gobierno a las autonomías para educación. Preguntada sobre si esos fondos pueden utilizarse también para la enseñanza concertada, la ministra indicó que debería resolver las "necesidades más perentorias de los centros que trabajen con la población más necesitada".