Mascarillas y guantes cuando se atienda en el puesto de socorrismo, nada de realizar el clásico boca a boca y evitar el contacto directo con el bañista durante el rescate. Estas son algunas de las directrices que deberán cumplir los socorristas este verano para seguir con las medidas de seguridad a las que obliga la pandemia de coronavirus. Tendrán sus propios equipos de protección individual (EPI) - aunque nada que ver con los de los sanitarios- e intentarán siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad, según informan desde la Federación de Salvamento y Socorrismo de Galicia, donde aseguran que la última palabra la tendrán los ayuntamientos que son quienes contratan a estos profesionales. "No hay un protocolo como tal para los socorristas, se publicaron algunas medidas genéricas, pero va a depender de cada ayuntamiento", señala la presidenta de la entidad, Nuria Rodríguez.

"Los socorristas tendrán sus EPI que pueden ser desde mascarillas y pantallas hasta guantes o incluso gafas. Cuando se esté vigilando en un sitio fijo abogamos por la distancia social porque 8 horas con mascarilla y en verano es complicado. Pero si la vigilancia se hace en movimiento, por ejemplo por la orilla, habrá que usarla. Y lo mismo en el puesto de atención. Aconsejamos que esté siempre la misma persona, con todo desinfectado y usará la protección necesaria para atender a los pacientes", explica Rodríguez, quien asegura que este año los socorristas deberán portar siempre una mochila con los EPI por si "tienen que actuar en cualquier otro punto de la playa".

Pero lo más complicado será el momento en el que se produzca algún rescate, donde guardar la distancia es casi inviable. "Les instamos a llevar siempre su floppy [un flotador alargado que suelen utilizar los socorristas] y a colocarse de tal manera que se evite el cuerpo a cuerpo con la víctima y si no es posible evitarlo, al menos que no coincidan de cara, que uno no respire encima del otro", indica Nuria Rodríguez, quien resalta que una de las principales novedades está en los primeros auxilios. "Los socorristas podrán realizar el masaje cardíaco o usar el desfibrilador, pero no habrá boca a boca, la reanimación cardiopulmonar se hará de forma instrumental con un aparato que permite insuflar aire a la víctima igual que sería el boca a boca pero sin tener que estar en contacto con ella", explica. Se trata del llamado balón resucitador o ambú, un aparato con una especie de mascarilla para el paciente y que mediante un sistema de presión insufla aire sin contacto físico.

Pese a estas novedades, los socorristas no tienen pensado ampliar sus funciones por la pandemia. "Nuestra tarea no es vigilar que la gente guarde la distancia de seguridad ni el aforo de las playas aunque se recordarán periódicamente las normas por megafonía", explica Rodríguez.