Ni todos los usuarios de residencias tienen las mismas necesidades ni un único centro tiene capacidad para cubrirlas. No es lo mismo una persona totalmente autónoma que decide ir a vivir a una residencia de mayores por no estar solo en casa que quien sufre una demencia avanzada o el que tiene múltiples patologías crónicas. Tras lo vivido durante la pandemia, expertos gallegos en Gerontología y Geriatría creen que es el momento de replantear el sistema y dejar atrás la creencia de que cualquier centro sirve para todos los mayores. Abogan porque las residencias se especialicen -o dividan a los usuarios en módulos específicos según sus necesidades- para agrupar a mayores con características similares, aumente la presencia del personal sanitario en los centros y mejore la coordinación entre el Sergas y Política Social para actuar con mayor rapidez ante otra situación similar a la de estos meses. "No se puede hablar de ir hacia un único modelo de residencia porque tiene que haber diferentes modelos en función de los usuarios", asegura el vicepresidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría, José Manuel Pazos, quien cree que es buen momento "para hacer los cambios que los servicios sociales necesitan". Una opinión que comparte el catedrático de Gerontología de la Universidade da Coruña José Carlos Millán. "La estructura actual está obsoleta", sostiene.

El objetivo de las residencias o centros de mayores y dependientes es ofrecer una "atención centrada en la persona" y para ello hay que diversificar el tipo de instalaciones porque "no hay un único modelo que cubra todas las necesidades", explica José Manuel Pazos. "Sería como los hoteles o los hospitales que tienen distintas categorías y en función de ellas ofrecen unos u otros servicios", añade José Carlos Millán, quien pone ejemplos de diferentes niveles de especialización hacia los que podría ir en el sector: "Estarían las residencias de tipo social, para personas que viven solas y prefieren estar acompañadas pero son plenamente independientes; otras pensadas para pacientes con patologías crónicas y cuidados específicos; centros sociosanitarios con más personal sanitario y el último nivel sería llegar ya a especialización por patologías concretas, es decir, centros para personas con demencia, para rehabilitación tras un ictus, etc...".

"En Galicia no existe ninguna residencia para pacientes convalecientes o especializada en salud mental", sostiene Pazos, quien cree que esta especialización o agrupación de usuarios en función de las necesidades puede hacerse incluso dentro de un mismo centro "a través de módulos específicos". "Incluso para las familias sería más sencillo a la hora de saber elegir a qué centro lo mandan", dice Millán.

Más allá de que el futuro pase por centros más especializados, los geriatras abogan por incrementar la presencia de sanitarios en las residencias para mejorar la atención o la prevención en casos como la pandemia de coronavirus. Eso sí, sin pretender que sean una alternativa a los hospitales. "La ley solo obliga a tener personal sanitario como un médico o enfermeros de forma continua a los centros con más de 40 plazas; los pequeños no, pero el problema es que la mayoría de usuarios son personas con pluripatología o demencia, son pacientes y da igual que haya solo uno, necesita esa atención", indica Millán. "En los centros pequeños solo tienen el apoyo de sanitarios unas horas a la semana pero incluso entre los grandes no hay ninguno en Galicia que tenga un médico allí las 24 horas", añade Pazos, quien cree que las residencias deberían contar con más personal sanitario y que esta ayuda debería correr a cargo de la Administración ya que, de lo contrario, "una persona paga por un servicio que ya está pagado" ya que la mayoría de usuarios tienen su cartilla del Sergas. Para los gerontólogos consultados este refuerzo pasaría por una mayor colaboración con Atención Primaria, porque especialistas en determinadas áreas como Neurología o Psiquiatría acudiesen semanalmente a valorar la situación de los residentes o contar con el apoyo de farmacéuticos para los tratamientos, por ejemplo. Todo ello sin olvidar la verdadera filosofía de las residencias: ser un hogar, no un hospital. "Nosotros somos lo que somos, somos su casa. Las residencias no están pensadas para dar servicios sanitarios", indica Pazos.

Tras ver cómo la pandemia se cebaba especialmente con los usuarios y trabajadores de estos centros, la Sociedad Española de Gerontología animaba esta semana a aprender de los errores y tomar medidas de prevención ante futuros rebrotes. La entidad aconseja ampliar la ratio de personal por usuario ya que la actual es "insuficiente" y ampliar la plantilla con profesionales de diferentes áreas como Educación Social, Enfermería, Fisioterapia, Medicina, Psicología, Terapia Ocupacional y Trabajo Social, entre otros. Además insta a priorizar las habitaciones individuales y en caso de ser inviable que haya solo dos usuarios en la misma. "Cualquier centro tiene que tener a trabajadores sanitarios porque el 95% de usuarios suelen ser pacientes", explica José Carlos Millán, quien también aboga porque quienes gestionen los centros sean gerontólogos. "Debería exigirse a todos los que dirijan una residencia porque contar con sanitarios y expertos en Gerontología ayuda a la hora de tomar medidas de prevención o actuar mejor en una situación como la pandemia que hemos vivivo", sostiene.

El Covid-19 impactó de lleno en muchas residencias gallegas, lo que obligó a que el Sergas interviniese alguna -habilitase zonas para tratar a los afectados que no precisaban ir al hospital- y se recuperó la coordinación entre Política Social y Sanidade que los centros llevaban tiempo reclamando. Los geriatras esperan que este remar en la misma dirección y perfectamente coordinados continúe en el futuro.

Pese a los cambios que deben producirse, desde la Sociedade Galega de Xerontoloxía destacan que la situación en las residencias gallegas fue mejor que en otras comunidades y resaltan el gran esfuerzo de sus trabajadores. "Hay que felicitarles. Muchos llevan semanas sin ver a sus familias", señala Pazos.