El hombre acusado de asesinar a su mujer, Ana Belén Varela, de tres disparos en su domicilio del ayuntamiento coruñés de Cabana de Bergantiños en 2018 ha alegado este lunes que lo hizo ebrio en "un arrebato repentino" mientras discutían porque ella quería divorciarse para irse con otra pareja.

La Audiencia Provincial de A Coruña acoge, desde este lunes y hasta el 23 de junio, el juicio contra el varón para quien la Fiscalía solicita 25 años y medio de cárcel por un delito de asesinato con alevosía, con el agravante de actuar por razones de género, y otro de tenencia ilícita de armas cortas introducidas ilegalmente en España.

En la primera sesión, el hombre, que permanece en prisión, ha relatado que estaba borracho en el momento de los hechos y que habían discutido después de comer porque ella quería divorciarse para irse con una nueva pareja, aunque ha asegurado que, hasta ese día, "nunca" habían discutido.

Durante la disputa, ha señalado, ella le dijo que "más vale una noche" con su nueva pareja que "toda la vida" con él. Al escuchar esa frase, ha apuntado, fue cuando le dio "un arrebato repentino". "Me dio un arrebato y fui a por la pistola y le tiré un tiro", ha dicho J.G.P.

Pese a que el fiscal sostiene que los tres disparos fueron propinados por detrás -dos en la espalda y uno en la cabeza-, el acusado ha declarado que ella "estaba de frente" y que no se acuerda de todo lo sucedido. "Yo recuerdo el primer disparo y se me fue la olla", ha apostillado.

Además, el hombre, que vivía habitualmente en el extranjero, ha negado haberle pegado a su mujer "en la vida" y ha asegurado que su relación era "impecable".

Asimismo, ha manifestado que aceptaba la nueva relación de Ana Belén. "Le dije vete con él y si no te va bien vuelves conmigo. Y me contestó 'tomé una decisión y no hay marcha atrás'. Yo la quería y como algunas veces le fui infiel esporádicamente simplemente lo acepté", ha relatado J.G.P.

Los hechos ocurrieron en la tarde del día 19 de agosto de 2018 cuando presuntamente el sospechoso disparó tres veces a su mujer con un revólver que había traído de Suiza después de que ella le comunicase que quería divorciarse e irse del domicilio, indica el Ministerio Fiscal en su escrito de calificación. Afirmación que él también ha negado, pues ha indicado que ella no le dijo que quería irse de casa.

Según apunta la Fiscalía, cuando ambos se encontraban en el interior de la casa, en el recibidor, "de manera súbita e inesperada" para la mujer, el acusado, "con intención de acabar con la vida de su esposa", la abordó "por la espalda" y le disparó tres veces.

Durante la sesión, el fiscal ha asegurado que el acusado era "absolutamente consciente" de lo que estaba haciendo porque, "antes" de matarla, le envió un wasap a su cuñado, un hermano de la víctima, en el que decía "hoy es el día, cuida de mis hijos".

"Eso significa que la idea estaba barruntando en su cabeza durante un tiempo suficiente y ese día había ganado el suficiente valor para llevarla a cabo", ha considerado.

Sin embargo, la abogada de la defensa ha respondido que ese mensaje lo envió después del ataque. También, ha manifestado que se trata de un homicidio y ha pedido que se contemplen como atenuantes la embriaguez y que se encontraba en un "estado de depresión", con una baja médica.

"No era un maltratador", ha sostenido la letrada, que ha indicado que su defendido se volvió "loco" en "ese momento" y cometió "una locura".

El abogado que ejerce la acusación particular, Manuel Ferreiro, que pide 28 años de prisión, ha detallado que el hombre "cosificó a su mujer" durante años y el día en que ella le dijo que se marchaba de casa "decidió matarla".

La familia de la víctima sostiene, ha añadido este letrado, que el varón, desde el principio del matrimonio, "la tuvo sometida y humillada", la convirtió en "su propiedad", pues incluso "la obligaba a vestirse de una determinada manera" con "malos tratos psíquicos constantes".