El archiconocido logotipo de Nike costó 35 dólares de la época. La junta directiva de la compañía organizó en la primavera de 1971 un concurso de ideas para vestir su imagen pública. Querían evocar el movimiento. La estudiante Carolyn Davidson triunfó con su interpretación del ala de la diosa de la victoria en la mitología griega, pese a que a Phil Knight, exatleta y fundador junto a su antiguo entrenador, Bill Bowerman, no acaba de convencerle la propuesta. "No estoy enamorado del logotipo, pero me voy a acostumbrar", aseguró. Una década después, el propio Knight regaló a la diseñadora un anillo de oro y un sobre lleno de acciones del grupo en reconocimiento a una enseña que a su larga y fructífera historia suma ahora parte del protagonismo en el día después del coronavirus. Frente a las visiones más optimistas de una recuperación en U y los que temen que la curva de la economía sea realmente una L, muchos apuntan cada vez más a esa reinvención del ala de Nike. Si el Producto Interior Bruto (PIB) en Galicia se empapa del consumo, a esa forma apunta de momento.

"En términos de gasto, los gallegos ahora somos los líderes en España", apunta Santiago Lago, catedrático de Economía de la Universidade de Vigo y coordinador del Comité de Expertos creado por la Xunta para afrontar la salida de la pandemia. El Observatorio de Abanca y el Ieside así lo confirman a partir del estudio del gasto con tarjeta de 875.000 gallegos. "Entendemos que a partir de ahora se estabilizará", avanzó Pedro Veiga, director general de Planificación y responsable del área de proyectos (PMO) del primer banco de Galicia, durante una nueva cita de los Diálogos para la Reconstrucción organizados por LA OPINIÓN A CORUÑA y Faro de Vigo, pertenecientes al grupo Prensa Ibérica.

Los dos coinciden en que las no pocas singularidades productivas juegan a favor de Galicia para atenuar el impacto en la actividad, pero recuerdan también que la cojera en I+D y el envejecimiento son una clara desventaja para garantizar el relevo del tejido empresarial y que las compañías deben, además, ponerse manos a la obra con alternativas para afrontar la gran incertidumbre más allá de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). La crisis, como tantas otras, ofrece "muchas oportunidades" y esta vez, según Veiga y Lago, Galicia puede liberarse de viejas barreras geográficas porque la digitalización rompe "el concepto de la periferia".

Industria agroalimentaria y una automoción "productiva"

La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) coloca a Galicia en el grupo de comunidades que sufrirán una merma de su PIB muy parecida a la del conjunto del país. Le penaliza, según el informe divulgado el pasado martes, su gran exposición al sector de la automoción, que está entre los más dañados; y, en general, la dura embestida en la producción industrial. Efectivamente, ninguna otra comunidad superó la caída de la actividad industrial en Galicia durante abril, cuando se restringió la movilidad al mínimo para contener la pandemia: un 43% menos.

"Es un análisis muy interesante, pero recoge una realidad homogénea por sectores en España y estamos viendo que no lo es", apuntó Santiago Lago, director también del Foro Económico de Galicia, durante el encuentro moderado por la periodista Lara Graña.

Pedro Veiga subraya la importancia de la "mayor apertura" de la economía gallega con las exportaciones y que el gordo de la demanda turística aquí sea nacional. "Dentro del contexto de crisis relevante porque nunca hubo un shock tan abrupto, Galicia tiene ventajas", remarca

"La estructura productiva es menos sensible", resume Lago, que recuerda el gran peso de la industria agroalimentaria, una de las principales excepciones al desplome de la actividad en el confinamiento. El catedrático da por hecho que Galicia no se salvará "de una caída importante de un mínimo del 8%" en 2020, pero con "claros síntomas" de recuperación a partir de junio tanto en producción industrial como en exportaciones, "porque la menor incidencia del virus permite ir a mayor velocidad ahora en la nueva normalidad". Y eso, la evolución del Covid-19, es la gran condición: "De nosotros depende la capacidad para mantener el empleo cumpliendo las recomendaciones para evitar nuevos brotes y otro confinamiento", advierte Veiga.

La banca como palanca

A diferencia de lo sucedido en 2008, cuando fue parte del problema, "el sector financiero es en esta crisis una palanca y desempeña un papel relevante para reservar el tejido productivo", afirma Pedro Veiga. Los instrumentos de liquidez habilitados por el Gobierno y gestionados a través de las entidades "son muy relevantes". "Aún queda holgura para inyectar en las empresas", dice, en referencia a la aprobación de la nueva línea del ICO el martes. "Son 130.000 millones -añade-. Hay un dato que revela la gran importancia que está teniendo: supone un incremento del 30% de la deuda empresarial en comparación con antes de la crisis". El alto cargo de Abanca ensalza entre las distancias con la anterior recesión los movimientos del Banco Central Europeo (BCE) para frenar la prima de riesgo en las emisiones de las que los países miembros obtienen los recursos para los apoyos públicos y la "fundamental flexibilidad en el control y las restricciones del déficit público".

"La primera herramienta de financiación debe ser el sistema financiero", defiende Santiago Lago. El grupo de asesores económicos que lidera para ayudar al Ejecutivo autonómico a abordar la reconstrucción incluye entre sus propuestas la creación de un fondo público-privado con el que, según el catedrático, "acompañar a empresas de futuro y viables" en caso de que el riesgo sea "inasumible" para los bancos. Insiste en que el posible respaldo se ciña a compañías con garantías a largo plazo. "No -enfatiza- a empresas zombies".

Los ERTE "no pueden prorrogarse indefinidamente"

El turismo ejemplifica el furgón de cola de la recuperación. Esas ramas de actividad "muy identificadas", en palabras de Santiago Lago, que lo pasarán mal todavía un tiempo. Cultura y espectáculos, alojamientos, agencias de viajes, taxistas... "Hay que concentrar los recursos en empresas y ramas más afectadas -reclama-. Hacerlo con los otros no tiene sentido". Los expertos de cabecera de la Xunta, como rememora su coordinador, apelaron ya hace "mes y medio" a la flexibilización de los ERTE y un IVA superreducido para el turismo. "¿Va a ser suficiente? No lo sabemos. Tenemos que esperar y ver porque hay escenarios abiertos aún, como los posibles rebrotes", señala.

En las diferentes parcelas del turismo y en la economía en general, "los ERTE están siendo una pieza fundamental para preservar el empleo", según Pedro Veiga. "Es muy razonable en este contexto que los empresarios y autónomos -continúa- sean lo más precavidos posible". Lo "razonable" sería aguantarlos para los negocios más azotados y con desescalada más larga. "Obviamente no se pueden mantener de forma indefinida y los empresarios deben pensar en otras alternativas", avisa Veiga, con el dedo apuntando a las líneas de liquidez de aval público. "Permiten, por ejemplo, contratar una póliza de circulante -explica-. Si al final se tuerce la situación, la empresa accede a liquidez. Si no, no la usas y apenas hay coste financiero".

El reto de las vocaciones emprendedoras

El comportamiento y las formas de trabajar en las empresas familiares "son diferentes", resalta Lago. "En Galicia dependemos mucho de este colectivo y el emprendimiento es una pieza clave -esgrime-. Si fuéramos un territorio donde llegaran sin parar multinacionales nos preocuparía menos". Y en esto el problema del envejecimiento demográfico hace también de las suyas.

Preocupa, y mucho, a los dos expertos que la laminación de la base de la pirámide demográfica suponga un problema de relevo generacional en el tejido productivo autonómico. "Los jóvenes son los que más emprenden", indica Lago, apelando a "mimar" el emprendimiento. "La mayoría de las grandes empresas gallegas tienen apellidos detrás", asegura.

"Hay que poner en valor la figura del emprendedor -concuerda Pedro Veiga- e inculcar la cultura del emprendimiento en los jóvenes". De eso también dependerá el aprovechamiento de oportunidades "en los sectores que tendrán que reconvertirse".

Habrá casos en las que la supervivencia pase por ganar tamaño. El minifundismo empresarial es la eterna asignatura pendiente de aprobar en Galicia y en toda de España. "Si comparamos la productividad empresarial con Alemania se parece mucho -cuenta Lago-. El tamaño acaba explicando todas las diferencias". Desde la capacidad de innovación a la apertura exterior y, por tanto, el volumen de negocio. Lo que está pasando invita "a empujar" en esa dirección para "jugar a otra escala". Una opción "clara", según Lago, "para el sector del vino y algunas ramas productivas de la industria".

Del mundo digital a la nueva cadena de valor

La crisis "acelera la transición a un mundo diferente que ya proyectábamos", asegura Lago. Pedro Veiga lo comparte. "Lo que llevaría varios años se ha hecho en meses", dice, convencido de que parte de la apuesta por el teletrabajo se quedará, al igual que algunos hábitos de consumo. "Vemos como incluso se paga con tarjetas las pequeñas operaciones de menos de cinco euros", pone de ejemplo.

"En el mundo digital el concepto de periferia cambia", asevera Santiago Lago. Galicia deja de "quedar lejos por su geografía" y pasa a verse como un destino privilegiado en "el repensamiento del modelo de vida" y "en igualdad de condiciones que Madrid o París". "La gente ha visto el coste de la congestión urbana -señala- y Galicia es ahora mucho más atractiva como localización de profesionales y actividades".

No se olvidan ni Lago ni Veiga de que todo eso dependerá de que realmente existan buenas conexiones de internet, pensando especialmente en el rural "que en este contexto -argumenta el directivo de Abanca- se reivindica y sale fortalecido". Pedro Veiga es de los que piensan que la crisis dejará "otras cadenas de valor y provisionamiento tras constatar la vulnerabilidad de un modelo dependiente de la producción en lejanía". "Muchas empresas se lo están planteando", anticipa, convencido de que "tanto en la revitalización de sectores tradicionales como en este cambio de paradigma de la producción, Galicia debe posicionarse con el apoyo del norte de Portugal".