Las peticiones de PP, Vox y Ciudadanos contaron con el único apoyo de los partidos que las presentaron, además del de los dos diputados de Foro Asturias y Unión del Pueblo Navarro. El PP cree que la norma se quiere "imponer", está hecha "de espaldas" a la mitad de la representación parlamentaria y de la sociedad española y respalda la continuidad de la Lomce. La tildan de "anticuada". Para Vox no garantiza la libertad ideológica, quita valor académico a la Religión, olvida a la familia, quebranta el principio de unidad de España o acentúa la ausencia del español en las comunidades con lengua cooficial y generará "absentismo, frustración y fracaso escolar". La educación afectivo-sexual también ha ocupado parte de las críticas. Por su parte, Ciudadanos piensa que España necesita un pacto de Estado por la educación, dialogado y consensuado entre todas las fuerzas políticas y profesionales de la sociedad civil y recuerda que, de aprobarse, la ley Celaá sería la octava ley educativa en 40 años.