La atención al impacto de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus en la salud mental y el bienestar de los ciudadanos es "crucial". El fallecimiento de seres queridos, el sufrir una enfermedad tan grave como la Covid, el aislamiento, la pérdida de empleo efectiva o posible, la precarización y reducción de los ingresos, las restricciones a la movilidad, el teletrabajo, la exposición del personal sanitario y de las demás profesionales esenciales, las dificultades de conciliación, el miedo al contagio o la incertidumbre afectan, de una manera u otra -y "en mayor o menor medida"- a "la práctica totalidad de la población", advierten desde el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia, entidad que acaba de trasladar a la Xunta un documento en el que recoge un análisis del impacto psicológico de la pandemia en la población gallega, así como un conjunto de propuestas y recomendaciones para garantizar la accesibilidad a la atención psicológica a través de los servicios públicos.

Entre otras medidas, los psicólogos gallegos urgen a descentralizar y acercar la asistencia psicológica a la población instaurando la figura del psicólogo clínico en los centros de Atención Primaria. "Permitiría un acceso más rápido a este servicio y disminuiría la sobrecarga de trabajo en las Unidades de Salud Mental, especialmente en el caso de los colectivos más afectados por la pandemia: personas mayores, niños y adolescentes, víctimas de violencia de género o de abusos, profesionales expuestos al virus, superviventes a la Covid...", subraya el Colexio de Psicoloxía en el informe remitido al Gobierno gallego, en el que además insta a reforzar los cuadros de psicólogos clínicos en Salud Mental en el Sergas, para "poder dar cobertura a los pacientes que ya acudían a esas consultas con anterioridad, y que las vieron retrasadas por las restricciones del confinamiento".

Uno de los colectivos que más preocupa a los psicólogos gallegos son los niños y adolescentes, y así lo recogen en su documento. Velar por el bienestar anímico y afectivo, y prevenir posibles síntomas postraumáticos en los menores es, precisamente, el principal objetivo de un programa psicoeducativo desarrollado por la entidad colegial, y que espera pueda contar con el visto bueno de la Consellería de Educación para ser puesto en marcha en todos los centros de enseñanza de la comunidad, desde Infantil hasta Secundaria.

"La reapertura de puertas de los centros educativos va a ser un momento crucial. Nos preocupa mucho cómo van a llegar esos alumnos desde el punto de vista emocional, teniendo en cuenta la situación tan extraordinaria que estamos viviendo", remarca, a este respecto, la presidenta de la sección de psicología educativa del Colexio de Psicoloxía, Manuela del Palacio, quien especifica que esa "preocupación" por el estado anímico de los estudiantes es la que ha llevado a la entidad colegial a poner en marcha un equipo de trabajo, integrado por psicólogos del ámbito educativo, clínico y de emergencias -y capitaneado, precisamente, por el Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias (Gipce)-, para abordar y dar respuesta a las necesidades de los menores gallegos en su regreso presencial a las aulas. "En ningún centro de enseñanza de Galicia hay, como tal, un psicólogo educativo. Puede haber un psicólogo, pero que ejerce de orientador", apunta esta especialista, quien aclara que las competencias entre unos y otros profesionales "son distintas". "El hecho de que no se contemple la psicología como una de las profesiones que tiene que formar parte del sistema educativo, para atender el aspecto emocional y evolutivo de niños y adolescentes, es una de las carencias históricas en este ámbito", lamenta Del Palacio.

En el ámbito de los servicios sociales, el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia considera "esencial" la implantación de programas de intervención social a través de los psicólogos del campo comunitario que "atiendan las nuevas situaciones de vulnerabilidad surgidas de la emergencia" y "fomenten la cohesión dentro de la comunidad y la resiliencia como habilidad para afrontar la adversidad vivida". En este sentido, los psicólogos gallegos destacan en el informe remitido al Ejecutivo autonómico el "relevante papel" que cobran los Centros de Información a la Mujer (CIM) de los ayuntamientos en este contexto.