La aparición de rebrotes en explotaciones agrarias -en el caso de Huesca- residencias de mayores -Lleida y Bilbao- y por casos importados -Barbanza y Murcia- volvió a poner ayer sobre la mesa la posibilidad de que el Gobierno decrete de nuevo el estado de alarma. A primera hora de la mañana, la vicepresidenta Carmen Calvo dijo en Antena3 que "en el momento en el que tengamos una situación grave, el Gobierno podría decretar el estado de alarma en una parte del territorio, si no en todo". Horas más tarde, la ministra portavoz, María Jesús Montero, corrigió esta versión para asegurar que "el Gobierno no está estudiando ni a corto ni a medio plazo volver a decretar el estado de alarma". "Si se produjera un empeoramiento importante, drástico, de la situación sanitaria global del país -precisó-, se activarían los mecanismos que el Gobierno tiene a su alcance para frenar la transmisión del virus".

Tras decretar el lunes restricciones para tres comarcas [La Litera, Cinca Medio y Bajo Cinca], el Gobierno de Aragón devolvió ayer a fase 2 a una cuarta, la de Bajo Aragón-Caspe, por un brote que afecta al menos a 11 personas, relacionadas con trabajadores de empresas de productos del campo. Además, se esperan los resultados de las PCR de más trabajadores de la empresa de Zaidín, en Huesca, principal foco de este rebrote, por lo que podría aumentar la cifra de 78 contagiados.

Francisco Javier Falo, director de Salud Pública del Gobierno de Aragón, dijo que los casos, asintomáticos o levemente sintomáticos, no revisten gravedad en el sentido de que puedan amenazar con saturar el sistema sanitario autonómico.

Falo apuntó la "proximidad clara de esta comarca con las anteriores" y la coincidencia del sistema productivo, la recolección de fruta, y el agrupamiento de los casos, tres características de los brotes de Huesca que en teoría facilitarían evitar la temida transmisión comunitaria. "No cambia nuestra valoración de la situación -afirmó el responsable de Salud Pública de Aragón-. Es mucho más favorable que la que teníamos hace dos meses, pero es de incertidumbre e inestable".

La consejera de Salud de Aragón, Sira Repollés, señaló que "si la situación epidemiológica empeora" acudirían al Gobierno central.

Desde el inicio de la desescalada se han producido al menos 37 brotes de Covid-19, y ayer permanecían activos una docena. Sanidad, que notificó un solo fallecido por la enfermedad y 108 nuevos casos en toda España, considera un brote activo aquel en el que hay como mínimo tres casos relacionados.

Es el caso de la residencia de mayores privada Castrillón de Lleida, en la que se han declarado los positivos de 13 residentes y 5 trabajadores. No había registrado casos de coronavirus con anterioridad. Además, el centro está a solo 40 kilómetros de las tres comarcas devueltas a las restricciones de la fase 2, aunque no se cree que la transmisión pueda estar vinculada a dichos territorios.

También en Lleida hay 42 personas aisladas en un hotel, la mayoría de ellos temporeros, y siete han dado positivo en coronavirus.

Otro de los brotes declarados ayer fue el de un centro de Cruz Roja en Málaga, en el que se detectaron nueve positivos. Y otra cárnica es foco de contagios: una empresa de Valencia con seis trabajadores positivos.

No parece que los nuevos casos dejen de aumentar, sobre todo al ver actitudes como las de los vecinos de Ciutadella, en Menorca, que ayer tarde decidieron aglomerarse para celebrar la fiesta de San Juan, pese a la suspensión decretada por las autoridades.