El Sintrom es el anticoagulante más barato del mercado, pero los expertos dicen que solo en apariencia ya que al coste del propio fármaco abría que sumar otros gastos derivados del consumo de este medicamento o de los problemas para controlar la coagulación que tienen algunos de los pacientes. "Si a su precio le sumas los gastos derivados de hacer los controles en los centros de salud o los generados por los problemas que pueden sufrir quienes sufren un sangrado o un ictus al no tenerlo bien controlado, ya no sale tan barato", señala la doctora María Lázaro, coordinadora del Grupo de Circulación Pulmonar de la Sociedad Española de Cardiología.

"Si se hiciese un estudio económico y prolongado en el tiempo se vería que los anticoagulantes de acción directa no son tan caros porque son más seguros y evitan más casos de ictus o trombosis. Eso es como bajar el colesterol. Los fármacos son caros, pero si evitas infartos, ingresos y otro tipo de problemas, ya no lo son", indica esta doctora, quien lamenta que en el caso de pacientes con Covid y que han sufrido un tromboembolismo pulmonar, Sanidad financie antes la heparina que estos medicamentos. "Cuando la heparina es tres veces más cara y tiene algún riesgo de sangrados", explica.