El miedo a ir al hospital por contagiarse de coronavirus ha provocado que el interés por los partos haya aumentado en Galicia desde principios de la pandemia. Desde la Asociación Galega de Matronas reconocen que recibieron más llamadas sobre este tema, "pero sin notar un gran repunte", algo que sí experimentaron, sin embargo, grupos de sanitarios que ofrecen este tipo de asistencia a domicilio. "Durante las primeras semanas de confinamiento notamos bastante el aumento. Pasamos de tener una o dos consultas al mes a tener cuatro o cinco a la semana", explica Marta Bernández, matrona en Luna de Brigantia. Pero este fenómeno no es exclusivo de la comunidad gallega. Solo en Cataluña las peticiones para parir en casa se triplicaron.

El mayor interés registrado entre las futuras mamás por dar a luz en casa no llegó a materializarse en la mayoría de los casos bien porque "realmente no estaban convencidas de esta opción sino que lo hacían como una huida del hospital" o porque el embarazo ya estaba muy avanzado y no daba tiempo "ni a la preparación del parto en el domicilio" ni a las consultas previas que hay que realizar, explica Bernández. "Para decidir dar a luz en casa tienes que tener claro que es lo mejor para ti y en muchas de las que se interesaron en cuanto rascabas un poco te dabas cuenta de que lo hacían por el pánico a ir al hospital pero no tenían claro en qué consistían un parto en casa, se sorprendían de que no hubiera epidural... y esto es una decisión que hay que reflexionar", indica la expresidenta de la Asociación Galega de Matronas, quien asegura que en otros casos, "con madres que sí tenían clara esta opción porque en el algún momento la barajaron", tampoco fue posible ya "tenían el embarazo muy avanzado y no aceptamos después de las 28 semanas de gestación porque no da tiempo a realizar las visitas que necesitamos antes del parto, a conocer a la madre y saber qué va a necesitar, a hacer la preparación del parto, etc...".

Dar a luz en casa es una opción que no financia la sanidad pública, que debe hacerse siempre con la asistencia de matronas y cuyo coste puede rondar los 2.000 euros. "No hay un modelo mejor que otro. Todos tienen pros y contras y es la madre la que deba reflexionar y ver cual quiere", indica Marta Bernández, quien explica que cuando una embarazada se interesa por su servicio de asistencia al parto en el domicilio, lo primero es mantener una entrevista informativa en la que se les pone sobre la mesa todos los escenarios posibles, es decir, las complicaciones que pueden surgir y cuándo sería necesario el traslado al hospital. "Dificultades para que el bebé encaje y que el parto no avance hacen que con el paso de las horas y el cansancio de la madre sea necesario el traslado; también si se rompe la bolsa y el líquido está teñido ya que el niño necesitará más vigilancia; si se producen descensos de la frecuencia cardíaca o el prolapso del cordón umbilical", indica esta matrona, quien aclara también que algunas de estas complicaciones como el descenso de frecuencia son "más frecuentes en el hospital que se recurre a la oxitocina que en el parto en casa".

Dar a luz en el domicilio es un proceso poco intervencionista en el que se busca adaptarse a la fisiología y necesidades de la madre. Eso sí, sin poner en riesgo la seguridad. Por ello, matronas que ofrecen este servicio como Luna de Brigantia no aceptan partos cuyo domicilio esté a más de 30 minutos de un hospital y siempre acuden dos especialistas a asistir el parto por si surge alguna complicación. "Es un proceso que agota física y emocionalmente y siempre es mejor cuatro ojos que dos y en el caso e algún problema siempre hay más manos", explica Marta Bernández, quien deja claro: "A menos intervención hay menos riesgos pero son ellas las que tienen que valorar si quieren o no este tipo de parto".

Tras un boom inicial por esta modalidad de dar a luz, esta matrona gallega reconoce que hubo una caída de la demanda en los últimos años, una tendencia que puede cambiar con la pandemia. "Ahora que ya no estamos en confinamiento seguimos notando un repunte de personas que consultan y que tienen un interés real en dar a luz en sus casas", señala.