El mismo día en que se cumplirán cuatro meses del inicio del estado de alarma en España por la pandemia de SARS-CoV-2, que obligó a los ciudadanos de todo el país a confinarse en sus casas para frenar la propagación de ese coronavirus, los centros de día de mayores y personas con discapacidad -y también los ocupacionales-, volverán a abrir sus puertas en Galicia, siempre y cuando cuenten con un protocolo específico aprobado por el área sanitaria correspondiente y cumplan con el plan de reactivación del ámbito sociosanitario.

Tras manifestar en reiteradas ocasiones que esas instalaciones no podrían retomar su actividad hasta septiembre por el riesgo de rebrotes, y solo tres días después de que el propio Alberto Núñez Feijóo se reafirmase en esa idea durante el debate electoral, la Xunta comunicó este jueves la inminente reapertura de los centros, tras concluir la formación específica de su personal. El anuncio, que beneficia a unos 14.000 usuarios, llegó después de que familiares, trabajadores, asociaciones y empresas criticasen la dilación de la apertura. Al posible deterioro físico y emocional de mayores, enfermos y dependientes a los que el confinamiento había dejado sin terapias, se unía la incertidumbre de no saber cómo se iba a llevar a cabo esa desescalada.

"Será progresiva, con una limitación de aforo inicial del 50%, que se podrá ampliar al 75% quince días después de la apertura de puertas siempre que todo marche correctamente. La actividad se retomará de manera escalonada y con prudencia", destaca el presidente de la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (Cogami), Anxo Queiruga, quien reconoce que la reapertura de los centros supone un alivio para el colectivo al que representa, aunque insiste en apelar a la cautela. Queiruga recuerda que el Gobierno gallego se ha comprometido a hacer llegar a esos recintos el material de protección necesario (mascarillas, guantes, gel hidroalcohólico, etc.) para que los trabajadores y los usuarios puedan contar con la "máxima seguridad" durante su funcionamiento. "Con todas las medidas de seguridad, por supuesto, pero urge reabrir los centros porque necesitamos dar respuesta a muchas personas con discapacidad que están viviendo situaciones complejas en su entorno. Los usuarios precisan activarse física y cognitivamente. Y las familias, conciliar", subraya.

Cogami está integrada por más de 50 entidades de toda Galicia, con centros de día y ocupacionales que, por norma general, echaban el cierre durante el mes de agosto. Este año, el planteamiento es distinto. "Algunas entidades ya nos comunicaron su intención de mantener las instalaciones abiertas durante todo el verano. En nuestro colectivo hay muchas personas que tienen una discapacidad intelectual asociada a la física, y el confinamiento les ha pasado factura. Hay familias muy saturadas que necesitan tener los servicios y recursos disponibles para poder tomarse un respiro. Por eso estamos hablando con las organizaciones para concretar cuáles están en disposición de continuar la actividad en sus centros, y cuáles no, durante el mes que viene", señala.

Satisfecha con la decisión de la Xunta, aunque prudente, se muestra también Carmen Fernández, presidenta de la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de A Coruña (Adaceco), entidad que prevé abrir las puertas de su centro el mismo día 15. "Tenemos que poner todo en orden, pero nos urge muchísimo reabrir las instalaciones. Después de cuatro meses sin apenas salir de casa y sin poder asistir a las terapias, la tesitura en la que se encuentran los afectados por DCA es bastante crítica. Tanto los usuarios como las familias necesitan, con urgencia, que se retome la actividad presencial", advierte Fernández. "Para muchos miembros de nuestro colectivo, se estaba alargando demasiado esta situación. Hay afectados por DCA que tienen determinadas secuelas, y el tiempo que pasan sin ser atendidos supone un retroceso. Precisan recibir ciertos estímulos y terapias de forma continuada, por eso en cuanto nos dieron permiso, retomamos la actividad de manera ambulatoria. Y lo mismo vamos a hacer ahora. Si el día 15 nos permiten abrir, el día 15 abriremos", reitera la presidenta de Adaceco.

Otra entidad que prevé reiniciar la actividad presencial en apenas diez días, tras la autorización de la Xunta, es Aspace A Coruña. Su directora gerente, Sonia Ruiz, se mostraba ayer exultante con la decisión del Gobierno gallego de permitir, por fin, la reapertura de los centros de día y ocupacionales. "Ya hemos llamado a las familias y lo estamos organizando todo. Queremos retomar el servicio, hace muchísima falta. Ni un día lo vamos a retrasar", subraya Ruiz. "Ahora estamos realizando terapias ambulatorias con cita previa y nos está yendo muy bien. Lo que sucede es que los usuarios no pueden comer en el centro y tampoco se trata de un servicio continuado, que es lo que ellos necesitan. Llevan muchos meses en casa y la parálisis cerebral requiere de muchos tratamientos especializados, como la fisioterapia y la logopedia. Además, poder reencontrarse con sus amigos en el centro también les va a beneficiar", remarca.

Su opinión es compartida por el gerente de Aspronaga, Juan Fontenla, quien también aplaude la decisión de la Xunta de autorizar la reapertura de los centros de día y ocupacionales. "Después de casi cuatro meses cerrados, la reapertura de los centros es una necesidad urgente, apremiante. En ese sentido, estamos muy satisfechos. El problema, como suele suceder con este tipo de cuestiones, es que la decisión se ha tomado casi de un día para otro. Sin embargo, estamos preparados, pues tenemos protocolos diseñados y un plan de reactivación en el que ya veníamos trabajando. Lo que estamos haciendo ahora es hablar con las familias, para ultimar los detalles para poder reactivar las instalaciones ya el día 15", señala Fontenla, quien explica que los centros de día y ocupacional de Aspronaga agrupan a unos 200 usuarios en total, "una cifra muy elevada", de ahí que "las medidas de prevención e higiene tengan que ser muy estrictas". "No obstante, las instalaciones van a reabrir al 50% de su ocupación, que es lo que marca el plan de reactivación que nos ha remitido la Consellería de Política Social", recalca.

"Con agrado" recibe también la noticia de la inminente reapertura de los centros de día Carmen Martínez, presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de A Coruña (Afaco), a cuyos tres recintos de ese tipo acudían, cada día, unos 200 usuarios. "Estamos satisfechos, era lo que pedíamos. Ahora estamos empezando con los protocolos que nos marcan para poder abrir. En nuestro caso tendremos que realizar valoraciones a los usuarios como si se incorporaran de nuevo, porque durante todo este tiempo es muy probable que hayan sufrido un deterioro", advierte. Martínez subraya que hay una cuestión básica que ha impactado tanto en los enfermos de alzhéimer como en sus familiares más cercanos durante estos meses, la ruptura de la rutina, y recuerda: "Muchas personas con alzhéimer y otras demencias acudían a centros de día o terapéuticos, con el consiguiente respiro que eso suponía para su cuidador, que disponía de un tiempo libre para su autocuidado, descansar o realizar alguna actividad de ocio. Esto ha desaparecido también".