La pandemia ha servido para consolidar algunos servicios de telemedicina en la sanidad pública. Si antes de la crisis del coronavirus, el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) tenía implantada la e-consulta -el médico de cabecera transmite dudas o envía los resultados de algunas pruebas vía telemática al especialista para evitar que el enfermo tenga que desplazarse hasta el hospital- en el 57% de especialidades médicas, ahora llega al 87%. "Es una herramienta que agiliza algunas cuestiones, que evita desplazamientos innecesarios al paciente y que nos ayuda en la asistencia, pero no sustituye ni excluye la consulta presencial a la que se recurre cuando el médico cree que es lo más adecuado", explica el subdirector de Hospitalización y Urgencias del Chuac, Pedro Marcos, encargado de coordinar la implantación de nuevas tecnologías en el centro.

La e-consulta o consulta electrónica es un sistema por el que el médico de Atención Primaria se pone en contacto con un especialista para consultar dudas sobre el tratamiento que toma un paciente, sus síntomas o los resultados de una prueba. La comunicación telemática les permite, por ejemplo, enviar fotografías sobre una erupción a un dermatólogo o un electro anómalo al cardiólogo para que dé su parecer sin necesidad de que el paciente tenga que desplazarse hasta el hospital. "Hay el compromiso de que se responderán las consultas en un máximo de 10 días pero la realidad es que la mayoría se contestan en 48 o 72 horas", indica Marcos, quien explica que "el especialista o bien resuelve la duda planteada o si cree que conviene ver al paciente le da cita". "La principal ventaja es que se agilizan las cosas, que el paciente no tiene que esperar a lo mejor 20 o 30 días para ir al especialista por una cosa que es sencilla de resolver", añade este facultativo que asegura que la mayoría de pacientes están encantados con este sistema.

Las consultas electrónicas no son algo nuevo pero el hecho de que durante los peores momentos de la pandemia se intentase reducir al máximo la actividad presencial ha favorecido su impulso. "Teníamos ya un itinerario marcado y sabíamos qué bloque de especialidades tenían que ser las siguientes en sumarse a este tipo de consultas. Con la pandemia lo que hicimos fue priorizar y dar salida a lo que ya estábamos preparando", explica Marcos, quien recuerda que hace años que el Chuac tiene implantado este servicio en algunas especialidades.

Se comenzó por aquellas en las que se consideraba que era más útil y que son precisamente las que tienen mayor volumen de peticiones. "Endocrinología, donde se pueden consultar algunos valores de análisis; Dermatología, en donde se pueden enviar fotografías; o Cardiología, donde es frecuente consultar los resultados de un electrocardiograma con alguna anomalía", indica Marcos, quien explica cómo poco a poco se fueron sumando nuevas áreas. Gracias también a un cambio a la hora de enfocar este tipo de consultas telemáticas. "Al principio se asociaban solo a dudas o primeras consultas, pero hemos aprendido que son muy útiles también para realizar el seguimiento de pacientes", explica Pedro Marcos, que destaca cómo durante la pandemia se amplió la e-consulta al 87% de las especialidades. Solo cinco, por sus características, quedan fuera de momento: cirugía cardíaca, torácica, pediátrica, el área de lesionados medulares y oncología. "Son áreas donde los pacientes ya nunca son derivados desde Primaria sino desde otro especialista pero en un futuro se sumarán también a la e-consulta", indica Marcos, quien asegura que la "siguiente fase" es habilitar la e-consulta entre especialistas del ámbito hospitalario para evitar al paciente un periplo por varias consultas. "Pondremos en marcha un programa piloto de e-consulta entre Endocrinología y Cardiología y otro más específico entre Traumatología y Rehabilitación para cuestiones del hombro", sostiene.

La pandemia de coronavirus también hizo que se disparase el número de teleconsultas, es decir, consultas por teléfono. "Es algo que muchos servicios hacían pero no quedaba registrado y que otros profesionales igual rechazaban porque preferían el cara a cara con el paciente pero ahora se ha visto que para cuestiones como dar los resultados de unos análisis o unas pruebas no hace falta la consulta presencial", explica Pedro Marcos.

Y el Chuac va un paso más allá en la telemedicina y cuenta con varios programas para el seguimiento y control de pacientes crónicos en sus domicilios. Es el caso de un proyecto para vigilar a pacientes con insuficiencia cardíaca -de modo que los médicos vigilan con dispositivos su salud y detectan inmediatamente si se produce una anomalía- o para el seguimiento de pacientes con EPOC que reciben al alta. "No son procesos muy costosos pero hay que hacerlo con quien realmente se beneficia de ello, no tiene sentido hacerlo con pacientes que ya están bien", sostiene este facultativo del Chuac.