En mayo pasado, la crisis social y económica causada por el confinamiento para contener la pandemia de Covid-19 desbordó a las organizaciones de ayuda a la población, como los banco de alimentos o Cáritas. Era la primera ola de una recesión de consecuencias imprevisibles que las administraciones tratan de combatir con medidas como la ampliación de ERTE o cheques públicos a las personas con menos recursos. En línea con este último caso, la Xunta lanzó un bono de alimentos de entre 150 y 300 euros al mes durante un trimestre para quienes carezcan de ingresos o estos sean tan exiguos "que no alcancen el importe que les correspondería" de la Risga en función de su situación. Dos semanas después de su puesta en funcionamiento, 400 familias ya reciben esta tarjeta monedero para bienes de primera necesidad, de las 800 que la han solicitado hasta el momento.

La Xunta estima que podrían acogerse a este salvavidas temporal alrededor de 30.000 familias en situación de "vulnerabilidad económica" bien por carecer de ingresos efectivos, bien por estar fuera del circuito de ayudas públicas, como la Risga o el Ingreso Mínimo Vital (IMV), bien por cobrar menos de lo que les correspondería de la Risga por su situación familiar (405 euros al mes para una persona o 597 para un hogar de cuatro).

En un principio, el Ejecutivo de Feijóo avanzó que esta medida estaría vigente mientras no se activase el IMV aprobado por el Gobierno central, con el que pretende analizar su compatibilidad con la Risga. Los primeros pagos del primero ya se han realizado, pero el Ejecutivo gallego ha decidido que esta tarjeta podrá solicitarse hasta que finalice este año.

La ayuda tiene una duración de tres meses y consiste en una tarjeta monedero -igual que una de crédito o débito- que se recarga automáticamente a final de cada mes y sirve para comprar productos de alimentación, higiene y farmacia. La cuantía de todo ese período oscila entre los 450 y los 900 euros según el tamaño de cada unidad familiar beneficiaria.

El día 1 se abrió el plazo de solicitud de esta aportación, que puede tramitarse en las oficinas de Cruz Roja o en los concellos. De las 800 familias que han pedido esta tarjeta monedero, ya la han recibido 400 con un plazo medio de entrega de tres días, según sostienen fuentes de la Consellería de Política Social. La entrega incluso se realiza mediante mensajería.

De esos 400 hogares, el 40% cuenta con tres o más personas en el núcleo familiar, por lo que la ayuda recibida es la máxima (300 euros mensuales), mientras que el 37% se refiere a demandas unipersonales, con 150 euros cada mes. El restante 23% supone un crédito de 200 euros durante ese período para familias con dos integrantes.

El destino de ese dinero podrá ser revisado posteriormente para comprobar que se ajustó a la compra de alimentos o productos higiénicos y/o farmacéuticos. La Cruz Roja informa a los beneficiarios de la obligación de conservar los tíquets o facturas de todo lo adquirido con esa tarjeta para verificar esa cuestión. "Se trata de una ayuda diseñada para no estigmatizar a la persona beneficiaria", añaden desde el departamento dirigido por Fabiola García, aludiendo a la postura sobre el sistema empleado de la Rede Galega contra a Pobreza, creada en 2008 y constituida por 126 organizaciones no gubernamentales a través de 21 entidades.