"Pongamos juntos, unidos, toda nuestra voluntad, nuestra capacidad, nuestro saber, nuestro esfuerzo y empeño para poder mirar al futuro con confianza y con esperanza. Y hagámoslo con respeto y entendimiento". Así pidió ayer el Rey encarar el futuro del país, tras el duro golpe de la pandemia del coronavirus.

Los reyes Felipe y Letizia, junto con sus hijas, presidieron ayer en el Palacio Real un emocionado homenaje laico a las víctimas de Covid-19. En él se evocó a los fallecidos y se alabó la labor de los sanitarios durante los últimos meses de lucha contra el virus, aunque no se hizo en ningún momento una referencia expresa al número concreto y total de muertos por la pandemia, pues aún se desconoce el número exacto.

El monarca en su intervención aseguró que "el mejor homenaje renovado" que se puede rendir a las víctimas es "la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación del pueblo español", que "muestran el camino a seguir para afrontar y vencer las dificultades".

No fue el del monarca el único discurso. También tomó la palabra Hernando Fernández Calleja, hermano del periodista José María Calleja, fallecido por coronavirus. Habló en nombre de los familiares de las muertos por Covid-19. Reivindicó la necesidad de no olvidar a ninguno de los fallecidos porque "la memoria es un deber" y, a su juicio, "el mejor homenaje" que se les puede hacer. También pidió "mantenernos unidos en su recuerdo y construir juntos el país que ellos hubieran querido compartir".

En nombre del personal sanitario y todos los profesionales que estuvieron en primera línea de la lucha contra la pandemia, tomó la palabra la enfermera Aroa López, supervisora del servicio de urgencias del hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

Aroa López rememoró como ella y sus compañeros se tragaban "las lágrimas" cuando los enfermos les decían "no me dejes morir solo". También dijo que "detrás de los EPI no había héroes, había personas" y agradeció los aplausos de las ocho de la tarde, aunque pidió que no se olvide lo vivido y se sigan respetando las recomendaciones sanitarias. "Piensen en los que fallecieron y también en los profesionales sanitarios, que su esfuerzo nunca sea en vano", demandó.

La enfermera catalana también se dirigió a los poderes públicos para pedirles que defiendan "la sanidad de todos" porque considera que "no hay mejor homenaje que velar" por la salud de sus profesionales y garantizar la "dignidad" de sus trabajos. "No olvidemos por favor nunca la lección aprendida", remarcó. El acto comenzó con la llegada de las autoridades al Patio del Príncipe. Allí, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibió a los Reyes, la princesa Leonor y la Infanta Sofía; que a continuación saludaron a las autoridades principales, todos ataviados con mascarilla (la mayoría de color negro) y guardando la distancia de seguridad.

Entre ellos estaban las principales autoridades del Estado, el Gobierno al completo, altos representantes de la Unión Europea e instituciones internacionales, todos los presidentes de comunidades autónomas, incluido el gallego Alberto Núñez Feijóo, y los expresidentes del Gobierno (excepto Felipe González). También estuvo presente en calidad de titular de la Federación Española de Municipios y Provincias, el regidor de Vigo, Abel Caballero.

Además, entre quince y veinte ciudadanos se congregaron a la entrada del Palacio y aplaudieron a los Reyes a su llegada, así como dirigido caceroladas, grabadas con el móvil, al presidente del Gobierno y el vicepresidente Pablo Iglesias a su salida.

En el homenaje estuvieron representados todos los partidos políticos nacionales excepto Vox, que ve el acto como "una ceremonia exculpatoria" del Gobierno, al que acusa de "ocultar" la cifra real de fallecidos por la pandemia. Tampoco participaron BNG, ERC, Bildu, ni la CUP.

La periodista Ana Blanco fue la encargada de dirigir la ceremonia civil, que se celebró en la plaza de la Armería y que comenzó con el encendido de una llama en recuerdo a las víctimas. Frente a ella todas las autoridades e invitados depositaron una rosa blanca como símbolo de homenaje, un gesto en el que la princesa Leonor acompañó a su padre.

Al volver a su lugar, se pudo ver cómo la princesa Leonor le recordaba al monarca que debía volver a ponerse la mascarilla, que se había quitado para pronunciar las palabras de homenaje a las miles de víctimas y personas contagiadas por el virus.

El acto finalizó con una grabación del actor José Sacristán con la lectura del poema Silencio, de Octavio Paz; y un minuto de silencio tras el que las autoridades abandonaron el recinto. A su salida, los Reyes volvieron a recibir aplausos de algunos ciudadanos congregados a las puertas del Palacio Real.

Ya fuera del recinto, algunas de las autoridades hicieron declaraciones a la prensa mostrando su dolor por las víctimas de la pandemia. Pero también hubo mensajes como el de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, insistiendo en que la Casa Real debe tomar sus decisiones respecto al Rey emérito.

Por su parte, el líder del PP, Pablo Casado, aprovechó la ocasión para trasladar un mensaje de "respaldo" a la Casa Real y en concreto a Felipe VI. "Es una institución esencial, el símbolo de la continuidad histórica de España", reivindicó "frente a los ataques de algunos ministros del propio Gobierno".