El protocolo de la Xunta para afrontar el próximo curso escolar ante el Covid-19 ha empezado con mal pie, aunque eso no impedirá que el Gobierno gallego lo aplique tal como lo ha diseñado. Los cuatro sindicatos de la mesa sectorial de educación expresaron ayer su rechazo total al documento por considerarlo "inviable", pidieron su retirada íntegra para negociar uno nuevo y, ante la negativa de la Xunta a atender sus demandas, abandonaron la reunión nada más empezarla. Pese a ello, la Consellería de Educación informó de que continuará con la tramitación de su protocolo, aunque no cuente con la aportación de los sindicatos, a los que ha afeado su "irresponsabilidad" por plantar la mesa sectorial. En todo caso, los invitó a reincorporarse a la negociación.

El documento de la Xunta, de casi cien páginas, se difundió el pasado martes. Entre sus muchas instrucciones establece que la mascarilla será un elemento de protección común a partir de septiembre en los colegios. Se exigirá en todas las circunstancias dentro del recinto y solo permitirá dejar de utilizarla cuando haya garantían de que los alumnos se puedan sentar en clase a una distancia mínima de un metro entre ellos. Otra excepción se aplicará a los niños de infantil y primaria, siempre y cuando conformen grupos "burbuja", es decir, aulas con un máximo de 25 alumnos y si sin ningún tipo de interacción con otros niños del centro. En este caso, tampoco regirá la exigencia de guardar las distancias mínimas

También determina cómo debe ser el transporte escolar y las precauciones que se deben observar en los recreos y comedores, además de exigir que cada dentro elabore su propio plan de seguridad y se encargue de aplicarlo.

El protocolo se llevó ayer a la mesa sectorial de educación para discutirlo con los sindicatos -trámite preceptivo, pero no vinculante- y a los pocos minutos de empezar, los representantes de CIG, CCOO, UGT y ANPE se desconectaron de la reunión telemática al comprobar que la Xunta no tenía intención alguna de retirar el documento y negociar uno nuevo "consensuado con la comunidad educativa".

Los sindicatos censuraron tanto las formas, por "tenerlo guardado en un cajón" y presentarlo una vez celebradas las elecciones autonómicas, como el fondo, por "descargar" toda la responsabilidad en los equipos directivos de los centros y en el profesorado y pretender afrontar la pandemia sin incremento de gasto presupuestario, sin contratar personal de refuerzo, sin reducir el número de alumnos por aula y sin garantizar el comedor escolar para todo el alumnado.

La Consellería de Educación calificó la actitud de los sindicatos de "irresponsabilidad" y les instó a negociar el protocolo de adaptación a la nueva realidad pos-Covid-19 para el inicio del próximo curso. Pero este rechazo sindical no implica que el documento quede en vía muerta. La Xunta aseguró que, "ante la decisión de los sindicatos de no hacer aportaciones constructivas al protocolo", el documento continuará su tramitación y será analizado por el Comité intercentros de seguridad y salud laboral, que en cuanto le dé el visto bueno, será enviado a los centros "para que puedan ir preparando el inicio del próximo curso".

La Consellería de Educación defendió la mesa sectorial como órgano de negociación entre la Administración y las organizaciones sindicales y destacó la voluntad de la Xunta de "atender las demandas" de los sindicatos, algo que "quedó ya plasmado en el compromiso de hacerle test serológicos a todo el personal de los centros educativos".