"Luchamos contra el paso del tiempo y la incompetencia". Tras dos horas de una intensa rueda de prensa, Ramón Pérez Amoedo resumía así la batalla en la que él y sus clientes están inmersos. Este abogado y su hermano Ignacio encabezan el equipo legal que representa a los padres y hermanos de Déborah, la joven viguesa cuyo cuerpo desnudo y rodeado de pistas falsas fue hallado el 10 de mayo de 2002 en una cuneta de O Rosal diez días después de desaparecer tras salir a correr por Samil. Ayer estos letrados y la familia de la fallecida protagonizaron una contundente comparecencia en la que denunciaron públicamente la "negligente" investigación de la Policía Nacional, repleta de "errores garrafales" y "lagunas" desde el mismo momento de la desaparición de Déborah hasta la actualidad, cuando ya solo faltan dos años para que el caso prescriba. Tanto es así que anunciaron que emprenderán "acciones penales" contra determinados funcionarios policiales por su "actuación negligente" y también avanzaron los principales trazos de las pesquisas paralelas que ellos mismos han emprendido, con la incorporación a su equipo de trabajo del criminólogo Óscar Tarruella.

Testimonios "contradictorios", testigos que "mienten" sin que nadie haga "nada", denegación de pruebas reiteradamente solicitadas en esta nueva fase del caso, "inacción" de la Fiscalía, "falta de sensibilidad" del actual equipo policial con la familia, que también se ha topado, denuncian, con el esquinazo de variopintas administraciones. Molestos e indignados sí aclararon, en relación con la actual titular del Juzgado de Instrucción 2 de Tui, la jueza que reabrió la causa en 2019, que pese a poder existir diferencias de criterio, siempre les ha "escuchado" mostrando gran "sensibilidad".

Los abogados describieron los "errores" a lo largo de estos 18 años: la "pérdida de tiempo" al principio cuando la Policía Nacional se escudaba en que Déborah se había ido "voluntariamente", las "lagunas" en torno al que siempre fue el principal sospechoso policial, el exnovio, al que ayer denominaron Arcano, mismo nombre con el que se bautizó el atestado más completo sobre el caso.