Las denuncias a menores por consumo de alcohol, una actividad que tienen vetada desde 2010 en Galicia hasta cumplir los 18, han vuelto a reducirse por segundo año consecutivo. Si en 2018 los menores pillados in fraganti consumiendo alcohol por la Policía Autonómica -aunque también la Policía Local tiene atribuciones- bajaban por primera vez de los 300 después de haber alcanzado su techo el año anterior, con 406 denuncias, en 2019 los expedientes abiertos por este incumplimiento han vuelto a reducirse hasta los 231, según figura en la memoria del cuerpo de seguridad adscrito a la Xunta. Aun así, suponen que cada mes, los agentes abren un expediente para imponer sanciones a una veintena de menores de media.

También se han rebajado la denuncias por vender a alcohol a quienes no pueden consumirlo y se quedan en 98, mientras que un año atrás ascendían a 210. Estos datos pueden deberse a que las inspecciones a locales se han reducido casi un 20% en el último año con respecto al anterior, aunque superen una media de 90 cada semana.

En su memoria, la Policía autonómica relaciona el hecho de que las denuncias de 2019 sean inferiores a las de 2018, "principalmente", a que "fruto de las labores continuadas de inspección en establecimientos, estos progresivamente fueron adecuando su actividad a la legislación vigente".