La ministra de Educación, Isabel Celaá, ve prioritario mantener la docencia presencial al menos para los más pequeños del aula, al entender que los mayores, llegado el caso, se apañan bien a distancia. No obstante, los rectores gallegos también han reivindicado la importancia de la presencialidad cuando la Xunta intentó sacar adelante un plan de impulso a la docencia mixta este curso y no son los únicos en etapas no obligatorias en defenderlo.

Después de que Manuel Castells, ministro del ramo, defendiese que hay que "adaptarse" a una enseñanza bimodal que ha venido para "ya", asociaciones como La Facultad Invisible (LFI), formada por más de doscientos jóvenes de toda España en su mayoría premios nacionales de fin de carrera, cuestionan su generalización.

Este colectivo constituido por cientos de los estudiantes más brillantes del país -una docena de ellos formados en universidades gallegas y que en siete de los casos siguen su carrera en la comunidad- ha trasladado "la preocupación" que les genera ver "cómo se propone implantar un modelo pedagógico" que ven "menos eficaz y tal vez de interés mercantilista". En un comunicado sobre la enseñanza universitaria durante la crisis del coronavirus y las "novedades" que podría conllevar, inciden en que la docencia virtual o por medios telemáticos "nunca puede sustituir íntegramente el valor didáctico y pedagógico del modelo presencial", un modelo, alegan, que se caracteriza por la "empatía interpersonal profesor-alumno" que los medios digitales, ni los más avanzados, apuntan, pueden recrear, en alusión a la discusión, debates e intercambios.

Entienden que el recurso a medios telemáticos, como los empleados a partir del confinamiento, como solución debe ser "absolutamente temporal y transitoria", estrictamente por el tiempo que las autoridades sanitarias consideren preciso para hacer frente a la pandemia.

En esa línea, explicitan su "preocupación" por que Castells considere la crisis sanitaria como una "oportunidad para generalizar la docencia virtual y la bimodalidad", aunque se supere la pandemia. "La implantación de dicho modelo semipresencial no solo sería altamente insatisfactoria en función de criterios puramente académicos o didácticos", sostienen desde La Facultad Invisible, sino que entienden que "supondría también un retroceso sin precedentes en las posibilidades de vertebrar espacios críticos, humanísticos y comprometidos" que desde los campus "puedan influir en una sociedad democrática avanzada" y conlleva además, añaden, "un aumento en la desigualdad de oportunidades a causa de la brecha digital" que se da entre el alumnado.

Para los jóvenes talentos, la "generalización" de la docencia virtual "puede conllevar" también "dilemas" desde la perspectiva didáctica al "aumentar las dificultades de evaluación de los contenidos impartidos". Para LFI, la evaluación ha de hacerse "siempre preferentemente presencial" para "disminuir los riesgos de plagio o fraude por parte de los alumnos", lo que consideran "difícil de asegurar" con los medios telemáticos.

Finalmente, desde la entidad, que agrupa a 202 titulados, expresan su "preocupación" en torno al "mayor aprovechamiento que de esa bimodalidad pudieran extraer los centros privados de educación".

En línea con los jóvenes, los rectores gallegos también apuestan por la presencialidad. El viernes los rectores de la USC y de la UDC, Antonio López y Julio Abalde, respectivamente, abogaban por iniciar el próximo curso apostando por la máxima "presencialidad". En el caso de la Universidad de Vigo tres de cada diez grados se impartirán el próximo curso de forma totalmente presencial. El resto serán bimodales o virtuales.