Impacto global

El programa de apoyo de la entidad ya ha atendido a casi 700 usuarios. La mayoría, mujeres (86%). Del ámbito de la enfermería y/o de los auxiliares (47%). Muchos, trabajadores en hospitales (51%). Algunos han acudido a terapia individual para canalizar la frustración acumulada durante estos meses. Y otros tantos se han prestado a resolver los problemas surgidos dentro de un equipo en momentos de tanta tensión.

"En los primeros momentos de la pandemia el sentimiento que dominaba entre los sanitarios era el miedo. Ahora, es la rabia. Sobre todo porque, con los nuevos rebrotes, parece que todo aquel compromiso que se mostró en un principio ha quedado en nada", relata el psicólogo. La comunidad médica también muestra ahora su rabia porque, según explica el psicólogo, "han visto que cuando la sociedad les necesitaba a ellos, actuaron rápido; pero que cuando ellos necesitan mejorar sus condiciones laborales, la respuesta es demasiado lenta". Este es el mismo malestar que en estos días se canaliza en las huelgas de los sanitarios en busca de mejoras, en algunas autonomías.

Las principales preocupaciones de los sanitarios tienen que ver con la incierta evolución de la pandemia. Y con la percepción de que el grueso de la población está relajando las medidas de prevención. La unión de ambos factores vaticina la tormenta perfecta. "Si hubiera otra oleada, los sanitarios sacarían fuerzas de donde no las hay para atender a la gente. Ahí el riesgo será que ellos mismos caigan enfermos, porque no están recuperados ni física ni mentalmente", añade el director de la fundación Galatea.