El incesante repunte de brotes de la Covid-19, que se extiende por todas las comunidades, obligó a confinar desde ayer y durante 14 días a los 10.000 vecinos de Íscar y Pedrajas de San Esteban, en Valladolid, que no podrán abandonar estas localidades sin motivos justificados.

A las 11.30 horas de ayer comenzaban los controles de acceso por parte de la Guardia Civil a estas localidades, separadas por cinco kilómetros, donde, sin embargo, se mantienen abiertos los locales de hostelería y los comercios, y se permiten también los paseos.

Durante esta primera jornada todo ha transcurrido con cierta normalidad en ambos municipios, a excepción de alguna denuncia que la Guardia Civil puso a algunos habitantes por no llevar la correspondiente mascarilla

Este confinamiento ha sido acogido con "responsabilidad" por los vecinos.