El papa Francisco ha pedido por un "mundo totalmente libre de armas nucleares", dado que se cumplen 75 años de los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki, así como "colaborar por el bien común" del Líbano, país cuya capital registró el pasado martes unas explosiones que dejaron más de 150 muertos y unos 6.000 heridos.

"Los días 6 y 9 de agosto de 1945, hace 75 años, tuvieron lugar los trágicos bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki. Si bien recuerdo con emoción y gratitud la visita que realicé a esos lugares el año pasado, renuevo mi invitación a orar y a comprometernos por un mundo totalmente libre de armas nucleares", comenzó el rezo del Ángelus de ayer.

El Papa también dedicó unas palabras al Líbano, después de que su capital, Beirut, sufriera varias explosiones en el puerto de la ciudad: "La catástrofe del pasado martes llama a todos, empezando por los libaneses, a colaborar por el bien común de este querido país", dijo. Según indicó el Pontífice, el Líbano tiene una "identidad peculiar", fruto del encuentro de diversas culturas, que ha surgido con el tiempo como modelo de convivencia. "Por supuesto, esta convivencia ahora es muy frágil, lo sabemos, pero rezo para que, con la ayuda de Dios y la participación leal de todos, pueda renacer libre y fuerte", reclamó.

En este sentido, Francisco invitó a la Iglesia del Líbano a "estar cerca de la gente en su Calvario, como lo están haciendo estos días, con solidaridad y compasión, con el corazón y las manos abiertas para compartir".