El cambio de tendencia de la epidemia de Covid-19 iniciado a mediados de julio muestra una deriva cada vez más preocupante. Después de liderar las estadísticas de la primera ola, en primavera, España vuelve a ser el país europeo con más casos de coronavirus en relación a su población en los últimos 14 días. Ha sobrepasado a Luxemburgo -país de apenas 600.000 habitantes, pero que realiza un cribado masivo de la población con test PCR, lo que incrementa el número total de positivos- como la nación europea con más casos detectados por cada 100.000 habitantes, y con 132,1 es el único estado del continente que supera el 100 en este índice, por delante del citado Luxemburgo (98,6), Malta (98,2), Rumanía (88,5) y Bélgica (60,8).

Los datos comunicados ayer por el Ministerio de Sanidad tampoco invitan al optimismo: la cifra total acumulada de casos asciende a 364.196 casos, 5.114 más que el lunes. El número de fallecidos se eleva a 28.670, que son 24 más que los 28.646 del pasado lunes.

De los 2.128 casos diagnosticados en las últimas 24 horas -frente a los 1.833 del lunes- uno de cada tres, en concreto 704, corresponden a Madrid. Es más del doble que la siguiente comunidad, que es Aragón, con 374; les sigue el País Vasco con 282 y Andalucía, con 202 nuevos casos. Para hacernos una idea de la magnitud de la transmisión del virus en España, Italia, con 60 millones de habitantes, registró ayer 403 nuevos contagios.

En contrapartida, los datos de hospitalizados están todavía lejos de la saturación, pero siguen al alza en el conjunto el país. Hemos pasado de 200 a los 1.000 ingresos por semana, según los datos aportados por el Ministerio de Sanidad.

En el centro de la preocupación vuelve a estar Madrid, cuyo núcleo urbano -como recordó el lunes Fernando Simón- constituye un caldo de cultivo ideal para la propagación del virus, por su situación geográfica, su densidad de población y por ser capital y gran nudo de comunicaciones de España.

La Comunidad de Madrid, que roza el millar de hospitalizados, registra 15.554 casos en los últimos días y es la tercera comunidad con mayor incidencia. Ayer, uno de sus centros de salud, el de San Sebastián de los Reyes, tuvo que cerrar sus puertas por un brote con nueve positivos.

La ciudad de Madrid trata de localizar a los asintomáticos con cribados en los barrios más afectados, como los de Carabanchel y Usera. Sin embargo, en el primero de ellos solo se presentó el 40% de los convocados por SMS a hacerse un test PCR. El miedo a tener que aislarse y no poder trabajar se cree en el origen de este rechazo. En un gesto de civismo, otros ciudadanos no llamados acuden voluntariamente a los centros de salud de estos distritos para someterse a las pruebas y descartar que puedan estar infectados por el nuevo coronavirus.

Esta generosidad contrasta con lo ocurrido en Murcia, donde un novio infectado ha llevado a la cuarentena a los 170 invitados de su enlace matrimonial. El Gobierno murciano no descarta limitar el aforo de actos sociales como bodas o funerales. Las autonomías se suman progresivamente a las restricciones que fijó el Ministerio y algunas, como Castilla y León, no descartan tener que pedir al Gobierno que decrete el estado de alarma en su territorio