Un vecino de Soutomaior que circulaba en su vehículo hacía Lourido el pasado viernes fue quien dio la voz de alarma a la Policía Local y la Guardia Civil del terrible suceso que acababa de acontecer. El propio autor de los disparos le hizo señas para que parase el coche y le dijo: "Llama a la Policía porque acabo de matar a mi hermana y a mi sobrina". De inmediato avisó a las aitoridades locales, que acudieron al lugar de los hechos y se encontraron con los dos cuerpos de las mujeres ensangrentadas en el suelo, ya sin vida, por lo que procedieron a la detención de Miguel G.R. como presunto autor del doble crimen, que no opuso resistencia.

Los vecinos del barrio de Lourido seguían ayer consternados por el trágico desenlace. Nadie esperaba algo así, puesto que Miguel no era una persona conflictiva. "No se relacionaba mucho con la gente, era una persona solitaria, pero tampoco se metía con nadie", afirma José Andrés.

Miguel, "el del monte", como le conocían, vivía de forma humilde en una chabola construida con piedras y materiales que iba recogiendo por la zona en una parcela que ni siquiera era de su propiedad, ya que es de titularidad comunal. Algunos vecinos, como María Esther, asegura que le ayudaban en lo que podían e incluso a veces le daban de comer. "Era educado y amable, no buscaba problemas".

No tenía trabajo y pasaba penurias económicas ya que, según dicen, vivía de un pequeño subsidio. En alguna ocasión había acudido a Cáritas a solicitar ayuda. La situación, como la de muchas familias, se agravó sobre todo durante el reciente periodo de confinamiento por la pandemia y los voluntarios de Protección Civil acudieron en varias ocasiones a su casa a llevarle alimentos.