Una de las premisas con las que el Gobierno aborda el curso escolar en pandemia es que los niños más pequeños -e incluso quienes no lo son tanto- puedan funcionar como "grupos burbuja" para que sea posible socializar entre ellos sin tener que mantener la distancia de seguridad. Pero esa forma de entender las clases implica también que sean concebidos como compartimentos estancos, por ejemplo en los comedores. Y ahora la ministra de Educación, Isabel Celaá, señala que esa regla vale también para las actividades extraescolares y que, de lo contrario, aconseja no hacerlas.

Así lo señaló en una entrevista concedida a La Sexta la responsable de Educación del Gobierno central, quien, en cuanto a este tipo de actividades, indicó que si se producen "dentro de la misma burbuja será un punto a favor". "Si se mezclan alumnos de distintos grupos, no es recomendable. Lo que se quiere es salvaguardar es la salud de los menores", indicó, lo que defendió como "fundamental" para los niños, pero además para docentes y familias. En la actualidad esa, velar por la salud, sería la primera tarea, "pero también que el ciclo educativo concluya con éxito", aseguró la ministra, quien avanzó otra reunión de seguimiento con las comunidades "a pocos días" de que arranque el curso.

En concreto, Celaá indicó que "si hay extraescolares dentro de la misma burbuja, esto será un punto a favor para que sigan". En cambio, advirtió, si "suponen mezclar alumnos de distintos grupos convivenciales, obviamente, esto no es recomendable, no se va a hacer porque lo que intentamos es salvaguardar la salud de los alumnos", enfatizó. En el cajón de la estanqueidad incluyó además la educación física y recordó que el acuerdo pactado entre comunidades el jueves establece que las actividades deportivas se harán sin público.

Con todo, las previsiones de la ministra obvian que fuera del recinto del colegio ese tipo de actividades que complementan la formación académica o deportiva o de alguna afición de los niños seguirán formando parte de la oferta y que los padres podrán seguir llevando a sus hijos a la piscina. De hecho, como avanzaba hace unos días este diario, tanto las academias que refuerzan conocimientos de materias como las destinadas a que aprendan inglés o judo también echan a andar con el curso de forma presencial, aunque cuenten, cuando se lo permite su ámbito, con un plan B de apoyo virtual por si se reproduce un confinamiento.

En Galicia, el actual protocolo de la Consellería de Educación también impone restricciones para las actividades extraescolares. O al menos así lo entienden colectivos de anpas, que han metido en el mismo lote este tipo de alternativas complementarias a la propuesta lectiva de los centros que los comedores o madrugadores. Como comentaba a este diario el presidente de Confapa Galicia, Rogelio Carballo, la regulación de la Xunta hace que los padres se lo piensen dos veces antes de organizarlas.

El protocolo vigente por ahora en Galicia señala que la realización de actividades extraescolares fuera de la jornada lectiva y dentro del recinto escolar, sean promovidas por anpas o concellos, "está condicionada a la aprobación de un protocolo" que fijará medidas de prevención y protección frente al coronavirus y "determinará con claridad las responsabilidades de las personas organizadoras o gestoras". Otras autonomías, como Castilla y León, han decidido prescindir directamente de este tipo de opciones, mientras Madrid las permitirá extremando las condiciones y en Asturias las van a incluir.

A vueltas con la mascarilla

En el documento pactado por Gobierno y 16 autonomías -excepto Euskadi- se contempla la mascarilla generalizada, al margen de distancias, para niños desde 6 años. No obstante, ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dejaba la puerta abierta a prescindir de ella en el futuro si las condiciones lo permiten.

Tras indicar que todas las autonomías acordaron "conjuntamente" usar la mascarilla en el entorno educativo a partir de los 6 años, como una "acción coordinada de salud pública que recibió un apoyo total", la medida se irá "revisando" la medida, en función de cómo evoluciona la situación. "Es verdad que si en unas semanas, ojalá fuera así, hubiera una situación que permitiera relajar esta medida, la adoptaríamos", explicó.

En el caso de Galicia, promotora de la iniciativa, el conselleiro de Sanidade anunciaba tras el encuentro estatal que se actualizaría el protocolo para adelantar la edad de su uso en los colegios, "siempre que sea posible", a los 3 años. Ayer dejaba "a criterio de los profesores" la decisión. Tras participar en la reunión del subcomité clínico, Almuíña explicó que la decisión se debe tomar en función de las circunstancias de cada niño y a la tolerancia que presente a la mascarilla. En ese sentido, entiende que son los docentes de cada aula los que podrán detectar si los alumnos menores de seis años son capaces de llevar la mascarilla, si la "toleran", como recogerá el protocolo gallego.