El sexo en pandemia también se resiente. Pese a que gran parte de la población tuvo más tiempo libre durante el confinamiento, los expertos reconocen que todo el estrés, la incertidumbre y los temores al Covid, unido a los problemas económicos, de conciliación o la simple falta de intimidad al estar todos los miembros de la familia las 24 horas en casa, hizo que en muchos ciudadanos mermase el deseo sexual y ahora, en la nueva normalidad, el temor a contraer el virus también marca a la hora de mantener

relaciones sexuales, según indican desde la Sociedade Galega de Sexoloxía.

"Esta situación ha afectado en buena medida a las relaciones sexuales", reconoce la presidenta de la entidad y también psicóloga, Purificación Leal. "El temor al contagio en personas con una salud vulnerable, o por simple precaución o por miedo han provocado un descenso de los contactos sexuales", sostiene esta especialista, quien reconoce que esto también se notó durante los meses de confinamiento obligado.

"La gestión del confinamiento no siempre fue fácil. Cambios de estilo de vida, sobre todo la llamada conciliación familiar, consistente en compartir teletrabajo y cuidado familiar, ha generado, sobre todo en las mujeres, una sobrecarga física y mental, y en consecuencia mermaron el deseo sexual", indica esta especialista, quien apunta que otros factores que afectaron a los encuentros sexuales fueron "la falta de intimidad, el aumento de conflictos familiares debido a estados de ansiedad y depresivos o la toma de medicamentos, por ejemplo".

Y mientras las relaciones sexuales tradicionales han bajado desde que el Covid llegó a la sociedad, los especialistas reconocen que han aumentado otras formas de disfrute sexual. "Se ha disparado el consumo de cibersexo y sexting (envío de fotos sexuales), la venta de juguetes eróticos, o el consumo de pornografía, esto sobre todo en menores y adolescentes", indica Leal.