Para los institutos, el que la Xunta eleve la separación en ESO, Bachillerato y FP a 1,5 metros en el aula supone "organizar todo de nuevo" y "a toda velocidad", un trabajo "ímprobo". Así lo admitía ayer la presidenta de la Asociación de Directores de Instituto y directora del IES Eusebio da Guarda de A Coruña, Isabel Ruso, quien señala que esa distancia implica "un incremento importante de profesorado" -en algún caso de hasta 20 docentes en un centro, apunta- y "espacio". De hecho, advierte que donde no basten los lugares que hay, habrá que recurrir a turnos de mañana y de tarde. Pese al trabajo que supone, proclama que la cuestión sanitaria condiciona la educativa, que "no queda más remedio que asumir que la pandemia evoluciona" y que la educación debe adaptarse, aunque sea, comenta, "contra reloj", lo que suele ser habitual cada principio de curso, pero este año, que prevé que será "complicado", lo es aún más.

Francisco Lires, presidente de la Federación de Directores de Centros Públicos de Infantil y Primaria, apunta a que los centros están de trabajo "hasta arriba" y el protocolo llega "tarde" cuando "muchos" lugares ya se habían adaptado a la anterior versión. Concede que la situación sanitaria "va cambiando", pero indica que en los centros hay que "actuar con celeridad" porque el curso comienza el 10 y hay que informar a las familias, preocupadas sobre todo, explica, "de que sea un retorno seguro".

Lires, quien indica que la entidad que preside sigue reclamando los 1,5 metros también para los niveles educativos que les afectan y demandando una bajada de ratios, cuestiona que los grupos estables lo sean solo en horas de clase. Con todo, lo que ve "más problemático" es la organización de los recreos: el controlar que no se mezclen aulas o a qué juegan. También apuntó a los gastos que implicará el Covid-19, si bien les han trasladado que se distribuirán en los centros mascarillas lavables para los docentes. Pero luego, dice, tocará reponerlas y le toca al centro, como el imprimir la cartelería.

Por otro lado, sindicatos que llaman a la huelga para el principio de curso -CIG, Comisiones Obreras, CSIF y STEG-, valoran la "rectificación" del Gobierno gallego -sobre todo el elevar a 1,5 metros la distancia en el aula y admitir desdobles- y la atribuyen a su convocatoria de paro al inicio de curso y a la presión social de las familias, aunque siguen echando en falta una mayor concreción en medios y de recursos humanos para garantizar el cumplimiento de las directrices de seguridad.