En Galicia hay que llevarse la fiebre medida de casa. Es uno de los puntos que los padres deberán comprobar cada día. Tras el test que les propone la Xunta, y si detectan algún síntoma compatible con el Covid-19, la consigna es que los niños no vayan a clase. Pese a que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, no concibe que unos padres puedan enviar a sus hijos al colegio con fiebre, el acuerdo entre comunidades y Ministerio de Educación de la pasada semana abrió la puerta además a que los centros puedan comprobar por sí mismos los síntomas a la entrada o que puedan pedir a los progenitores una declaración responsable.

El protocolo de la Xunta de regreso a las aulas no universitarias actualizado esta semana también contempla esta opción, aunque especifica que se trata de una alternativa de la que dispone el centro "al inicio del curso escolar". Por ello, la Consellería de Educación ha ofrecido (junto a una guía sobre el protocolo) un modelo de declaración en su web.

En el modelo propuesto por la Xunta, los padres declaran "responsablemente" que realizarán a su hijo la encuesta de autoevaluación del Covid y se comprometen a no enviarlo al centro y a "mantenerlo en aislamiento preventivo domiciliario" si el escolar tiene síntomas compatibles con el coronavirus. Eso implica contactar con el pediatra y con el equipo Covid del centro. Tampoco lo mandarán a clase si alguien del núcleo familiar es "sospechoso" de padecer Covid-19. No hasta saber el resultado de la prueba y que este sea negativo.

Por otro lado, pero también de cara a la vuelta al cole, el BNG, tras reunirse su portavoz, Ana Pontón, con la Federación de ANPA de Pontevedra, reclama a la Xunta un fondo para cubrir los gastos extraordinarios de los comedores escolares y actividades de conciliación debido a la pandemia. Mientras, el grupo parlamentario del PSdeG presentaba ayer una serie de iniciativas en la Cámara autonómica con el propósito de "garantizar" un inicio "seguro" de curso escolar.