No es la primera vez que se apunta a la vieja vacuna BCG, descubierta hace un siglo, como posible aliada contra el Covid-19, pero ayer la Sociedad Española de Inmunología dio un paso más al abogar por la administración de este fármaco a personas vulnerables hasta que se desarrolle y produzca una vacuna específica contra el nuevo coronavirus. Los inmunólogos esgrimen un nuevo estudio en mayores de 65 años para respaldar esta petición, y que probaría que esta vacuna, que no se utiliza en España, induce "inmunidad entrenada".

La vacuna BCG, se administra en países en vías de desarrollo y también en Portugal. Desarrollada a principios del siglo XX por el Instituto Pasteur y administrada masivamente tras la II Guerra Mundial, se mantiene en buena parte de Latinoamérica, África, Asia e India. En España dejó de administrarse incluso en las comunidades con mayor incidencia, como Galicia.

Mihai Netea y Evangelos Giamarellos-Bourboulis, del Hospital General Universitario Attikon de Atenas, han hecho públicos resultados de un ensayo doble ciego y aleatorio, con 198 pacientes mayores de 65 años, que recibieron la vacuna BCG o un placebo al ser dados de alta y fueron seguidos durante 12 meses para detectar nuevas infecciones. La vacuna BCG aumentó significativamente el tiempo hasta la primera infección y redujo la incidencia de infecciones del tracto respiratorio en un 80%. En un estudio relacionado, el doctor Netea informó recientemente de que la incidencia de Covid-19 es menor en el grupo vacunado con la BCG en comparación con el grupo de control (20,7% frente a 31,1%), lo que confirma que la vacunación con BCG es segura y no conduce a un aumento de la morbilidad debido al Covid-19.